Hay muchas personas, especialmente los más blanquitos, que tras la exposición solar tienden a que se les pele la piel, sobre todo si han estado muchas horas al sol en la playa o piscina. Hay algunos truquillos para evitar que se la piel se nos pele y parezcamos una serpiente mudando la piel.
El morenito nos gusta mucho a todos pero a veces nos excedemos con las horas que pasamos al sol o incluso cometemos el grave error de no utilizar protección solar. Podemos incluso llegar a tener quemaduras de primer grado, se nos enrojecerá la piel, nos picará, dolerá y se inflamará. A los días es cuando comenzará a desprenderse una pequeña capa de nuestra dermis afectada para dejarle hueco a la nueva: se nos pela la piel.
Si lo único que te ha ocurrido es que tu piel se ha vuelto como la del color de un cangrejo desparecerá a los días, tras haberse pelado. Sin embargo, si empiezas a sufrir escalofríos, mareos, nauseas, fiebre o te comienzan a salir ampollas, debes ir al médico urgentemente, tus quemaduras son más graves de lo normal.
Si por suerte no llegas a ese extremo, lo que deberás hacer es lo siguiente. Empieza por dejar de tomar el sol hasta que tu piel vuelva a estar bien y lleva ropa ligera. Ponte protección de factor 50 y al ducharte hazlo con agua más bien fría, que ayudará a bajar la inflamación. Deberás echarte aftersun o alguna otra crema que sea muy hidratante varias veces al día y beber mucha agua. Pese a que tengamos la tentación de tirar de las pieles muertas, es mejor que no lo hagas.
La única manera de evitar esto es utilizar protector solar cada dos horas como mucho, nunca inferior a 30 y no estar expuesto al sol sobre todo cuando más fuerte pega, entre las 10.00h y las 15.00h. Mantente lo más hidratado que puedes y come mucha fruta y verdura que contienen vitaminas perfectas para tu piel.
