viernes. 29.03.2024

Sebastián de la Estación, un músico callejero que se gana la vida tocando su guitarra en las calles de Huelva, siempre se ha visto rodeado de gente que se acerca a escuchar su música y a apreciar su talento. Un día un hombre llamado Domiciano Márquez se encontró con una de las actuaciones de Sebastián y de ahí surgió una colaboración de lo más inesperada y sorprendente.

Domi, como le llaman todos, no es de Huelva, pero se encontraba en la capital para hacer un recado. Caminando por las calles de la ciudad escuchó los acordes de Sebastián y no dudó en parar a escucharle. Esperó a que el músico terminase y fue entonces cuando ambos empezaron una conversación.

Mientras hablaban los dos se dieron cuenta de que eran casi vecinos. Domi es de Alosno y Sebastián de Villanueva de las Cruces (dos pueblos a menos de 20 km de distancia) y aún así nunca se habían cruzado, pese a tener amigos y aficiones en común. En un momento de la conversación Sebastián empezó a tocar de nuevo, esta vez acompañado de la voz de Domi, quién arrancó a cantar un fandango de Alosno. Ese momento tan especial empezó a atraer a muchos de los que pasaban por la calle Jesús Nazareno de Huelva.

María José Márquez, otra vecina de Alosno que trabaja en la misma calle, reconoció a lo lejos el sonido del fandango de su pueblo y salió rápidamente a la calle para grabar el momento improvisado. Ese instante tan especial emocionó al público, que se había formado en silencio alrededor de los dos hombres. 

María José envió el video a su hermana, quien trabaja en Guadalinfo Alonso y ésta compartió la grabación en la página de la institución. Hoy casi un millón de usuarios han reproducido esta escena de amor y orgullo por la música tradicional. Domi ha asegurado nunca usar el móvil, e igual que Sebastián, está perplejo ante el alcance que ha tenido su actuación callejera. El mundo ha conocido un poco más el fandango gracias a este emotivo momento musical improvisado de la mano de estos dos hombres.