Los adultos que vivieron cerca de espacios azules suelen tener mejor salud mental

Chicas saltando a un lago

Según estudios de 18 diferentes países, los adultos que han pasado de niño más tiempo jugando o viviendo cerca de aguas costeras e interiores, como ríos o lagos, son más recurrentes a tener una mejor salud mental, que aquellos que viven en zonas de interior sin zonas de agua cerca.

Estos resultados se han probado en 18 países diferentes, donde los investigadores estudiaban los conocidos como "espacios azules". La creciente evidencia muestra que pasar tiempo en y alrededor de espacios verdes como parques y bosques en la edad adulta se asocia con la reducción del estrés y una mejor salud mental. Sin embargo, sabemos mucho menos sobre los beneficios de los espacios azules, o el papel que tiene el contacto infantil con estas aguas en la vida posterior.

El equipo de investigación utilizó datos de más de 15 000 personas en 14 países europeos y otras 4 regiones no europeas (Hong Kong, Canadá, Australia y California), todos recopilados de una encuesta a nivel internacional, bajo el nombre de Bluehealth, una encuesta transversal coordinada por la Universidad de Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana de Exeter.

Se pidió a los encuestados que recordaran sus experiencias en espacios azules entre los  0 a 16 años, incluido qué tan locales eran estos espacios, con qué frecuencia los visitaban y qué tan cómodos se sentían sus padres/tutores con ellos jugando en estos entornos, así como contacto más reciente con espacios verdes y azules durante las últimas cuatro semanas, además de su salud mental durante las últimas dos semanas.

La investigación encontró que las personas que recordaron más experiencias en la infancia en torno a los espacios azules tendieron a otorgar un mayor valor intrínseco a los entornos naturales, y en general, a visitarlos con más frecuencia en la edad adulta asociando esto con un mejor bienestar mental en la edad adulta.

“En el contexto de un mundo cada vez más tecnológico e industrializado, es importante entender cómo las experiencias de la naturaleza en la infancia se relacionan con el bienestar en la vida posterior”, dijo Valeria Vitale, autora principal y candidata a doctorado en la Universidad Sapienza de Roma, autora principal del artículo publicado en el Journal of Environmental Psychology, y financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.

Estos hallazgos sugieren que "generar familiaridad y confianza alrededor de los espacios azules durante la infancia puede estimular una alegría inherente de la naturaleza, además de alentar a las personas a buscar experiencias recreativas en la naturaleza, que luego llevan a consecuencias beneficiosas para la salud mental de los adultos”.

La Dra. Leanne Martin, coautora e investigadora asociada posdoctoral de la Universidad de Exeter, reconoce que los entornos acuáticos pueden ser peligrosos para los niños y que "los padres tienen razón al ser cautelosos". "Sin embargo, esta investigación sugiere que ayudar a los niños a sentirse cómodos en estos entornos y desarrollar habilidades como nadar a una edad temprana puede tener beneficios de por vida no reconocidos previamente".

“El estudio actual se suma a nuestra creciente conciencia de la necesidad de que los planificadores urbanos y los organismos locales responsables de administrar nuestros espacios verdes y azules brinden un acceso seguro y accesible a entornos naturales para el desarrollo mental y físico saludable de nuestros niños”, dijo el Dr. Mathew White, coautor y científico principal de la Universidad de Viena.