jueves. 28.03.2024

Destacan el aumento de casos de cáncer de tiroides en el carcinoma papilar

“En las mujeres el cáncer de tiroides es tres veces más común y se diagnostica normalmente entre los 40 y los 60 años, aunque puede aparecer a cualquier edad y en ambos sexos”, afirma el Dr. Carles Zafón, coordinador del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). El tamaño del tumor es un factor pronóstico de gran relevancia, por lo que cuánto más reducido es su tamaño en el momento del diagnóstico, más probabilidades de curación existen, según el endocrinólogo. Se están produciendo avances en diferentes áreas como la “personalización” del abordaje del cáncer de tiroides para establecer el tratamiento adecuado a cada paciente en función de su tipo de cáncer y su pronóstico a largo plazo.

 Célula cancerígena - Infosalus
Célula cancerígena - Infosalus

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), en el marco del Día Mundial del Tiroides, que se celebra el próximo 25 de mayo, destaca que se ha producido un aumento en los casos del cáncer de tiroides en las últimas décadas, especialmente en el caso del carcinoma papilar, que es el quinto más frecuente en las mujeres a nivel mundial y representa el 80% de los casos de cáncer de tiroides. En este sentido, el Dr. Carles Zafón, coordinador del Área de Tiroides de la SEEN, incide en la importancia del diagnóstico precoz: “Cuanto antes se diagnostique, antes puede ser tratado. El tamaño del tumor es un factor pronóstico de gran relevancia, por lo que cuánto más reducido es su tamaño en el momento del diagnóstico, más probabilidades de curación existen”.

El endocrinólogo afirma que el perfil del paciente de este tipo de tumor suele ser las mujeres de alrededor 50 años: “En las féminas es tres veces más común y se diagnostica normalmente entre los 40 y los 60 años, aunque puede aparecer a cualquier edad y en ambos sexos”. En cuanto a los tumores más agresivos, el doctor especifica que “afectan a personas de mayor edad y no existe tanta diferencia entre hombres y mujeres”.

 

Alrededor de 5.000 nuevos diagnósticos, según las previsiones

La Agencia Internacional para el estudio del cáncer (IARC), órgano intergubernamental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), apunta que el cáncer de tiroides presenta una tasa de 7,5 casos por cada 1000.000 habitantes a nivel mundial. En el caso concreto de España, se sitúa en el 10,8 para ambos sexos. Además, la IARC pronostica que el número de casos previstos en España es de alrededor de 5.000 nuevos diagnósticos de cáncer de tiroides al año. El especialista subraya que las causas del incremento en los casos del cáncer de tiroides pueden obedecer a que “se descubren más casos de manera casual, ya que en la actualidad se realizan más pruebas de imagen, sobre todo ecografías”. El Dr. Zafón explica que estos casos suelen ser tumores de pequeño tamaño y comportamiento poco agresivo. Otros factores que se contemplan son algunos tóxicos químicos o la obesidad.

La gran mayoría de los tumores de tiroides se diagnostica a partir del estudio de un nódulo tiroideo que se identifica en una prueba radiológica o por palpación de un bulto en el cuello por parte del paciente. “Normalmente no hay síntomas asociados y raramente dan molestias”, especifica el doctor, quien añade que “un porcentaje muy elevado de los cánceres de tiroides más frecuentes se curan y se estima que en más del 80% de los pacientes no hay recidivas tumorales”. Sin embargo, los tumores menos frecuentes como el carcinoma pobremente diferenciado o, especialmente, el carcinoma anaplásico “tienen un pronóstico mucho peor”. El endocrinólogo desempeña un papel esencial en el abordaje de estos pacientes ya que es una patología de manejo endocrina tanto en el proceso diagnóstico como en el control posterior. “El paciente, tras la intervención, presenta un hipotiroidismo que debe manejarlo el endocrinólogo”, matiza el doctor Zafón.

 

La ecografía tiroidea, ‘imprescindible’

La ecografía tiroidea es la técnica de imagen fundamental para la caracterización del nódulo tiroideo, así como para la valoración de las posibles recidivas (repetición de una enfermedad poco después de terminada la convalecencia) después del tratamiento. El endocrinólogo indica que actualmente esta técnica es “imprescindible”, por lo que la formación de los endocrinos incluye también el aprendizaje de esta modalidad radiológica. Además, el rastreo corporal con yodo radiactivo, la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones o PET, desempeñan también un papel relevante en el estudio del cáncer de tiroides en determinadas circunstancias.

 

‘Pasos de gigante’ en los avances sobre tratamientos

La investigación en cáncer de tiroides es un “campo activo”. En los últimos años se está avanzando en diferentes áreas como la “personalización” de su abordaje para establecer el tratamiento adecuado a cada paciente en función de su tipo de cáncer y su pronóstico a largo plazo. Además, el doctor resalta que “se va incrementando el conocimiento que tenemos en relación a las bases genéticas que dan lugar a la transformación de una célula de tiroides normal en una cancerosa y, asimismo, en los últimos años se han dado pasos de gigante en el tratamiento, especialmente en aquellos casos de tumores agresivos para los cuales hace tan solo una década no había ninguna terapia eficaz.Afortunadamente esto se está revirtiendo y actualmente ya disponemos de ciertos fármacos con una elevada respuesta terapéutica”.

Asimismo, la OMS ha publicado recientemente la nueva clasificación de los cánceres de tiroides con el fin de “acercar el diagnóstico anatomopatológico al manejo clínico para facilitar el entendimiento entre profesionales y poder establecer guías clínicas más eficaces, así como reajustar la denominación de los tumores a las bases genéticas que ahora sabemos que tienen importancia en el origen y evolución de cada cáncer, lo que nos facilitará también generar estrategias de tratamiento más rápidas y efectivas”. Por último, el endocrinólogo resalta que la OMS actualizaba esta clasificación aproximadamente cada diez años, pero en esta ocasión ha sido al cabo de 5 años “por el rápido avance del conocimiento generado en tan poco tiempo”.