viernes. 29.03.2024

Los efectos secundarios de la Covid-19 podríamos enumerarlos de memoria y la pérdida de olfato es una de las alarmas que se encienden en la población cuando piensan que podrían estar contagiados. Anosmia, es el término científico para esta pérdida, y un estudio publicado en Lancet Neurology, muestra cómo puede afectar en el futuro y en qué puede derivar. 

En una de las conclusiones del estudio llamado “Efectos postvirales de la covid en el sistema olfativo y sus implicaciones”, exponen que “las secuelas neurodegenerativas a largo plazo pueden tardar años en manifestarse, y pueden ser clínicamente silenciosas en este momento inicial de la pandemia de covid. Aunque todavía no se puede establecer un vínculo definitivo entre el deterioro olfativo crónico o permanente y la vulnerabilidad neurológica futura, algunos estudios sugieren una asociación”.

Desde el inicio de la pandemia se ha advertido de las implicaciones que puede suponer la inflamación crónica producida por la covid puede derivar en Alzheimer y Parkinson. En enfermedades neurodegenerativas como estos dos ejemplos, la pérdida de olfato suele darse antes de detectar la enfermedad. 

Los investigadores se centran en el estudio en la “disfunción olfativa posvírica” podría suponer un mayor riesgo de tener enfermedades neurodegenerativas en un futuro.

Además, la anosmia no solo está producida por la covid, sino que otros virus también pueden ser los causantes. La pérdida olfativa puede ser temporal, crónica o permanente y puede derivar en sentir olores muy desagradables que antes del virus eran agradables. 

Una advertencia importante por parte de los investigadores en su estudio es que “un estímulo inflamatorio desde el epitelio nasal a los bulbos olfatorios y a las regiones cerebrales conectadas podría acelerar los procesos patológicos y la progresión de la enfermedad neurodegenerativa. El deterioro olfativo persistente después de la infección por SARS-CoV-2 podría servir como marcador para identificar a las personas con un mayor riesgo a largo plazo de enfermedad neurológica”.

Perder el olfato por el Covid podría provocar una enfermedad neurodegenerativa