sábado. 27.04.2024

El verano es época de relajación, de vacaciones y de pequeños excesos tras meses de duro trabajo. Por eso es habitual que ganemos algunos kilos de más y que la comidas copiosas y la falta de ejercicio nos pasen factura. Afortunadamente, existen trucos y consejos para evitarlo: toma nota de cómo evitar el aumento de peso durante el verano. 

Cómo evitar el aumento de peso durante el verano

La siesta, las paellas, los tintos de verano, las largas horas tumbados sin hacer absolutamente nada... Pocos planes suenan tan placenteros, pero, claro está, este hedonismo acaba pasando factura, y esa factura suele venir en forma de kilos de más. Como con cualquier otra cosa, de lo que se trata es de encontrar un equilibrio para evitar que la situación se nos vaya de las manos: está bien 'premiarnos' tras meses de duro trabajo con un poco de ocio desmedido, pero pasarnos de la raya puede repercutir no solo en nuestra imagen, sino, sobre todo, en nuestra salud. 

Afortunadamente, el verano suele ser una etapa en la que consumimos de forma instintiva más alimentos hidratantes y nutritivos: el calor hace que sudemos más y que necesitemos un mayor aporte de agua, y frutas como la sandía o el melón, o el tan cotizado gazpacho, se introducen en nuestra dieta casi como básicos durante estos meses. Este tipo de productos son precisamente los que pueden ayudarte a equilibrar la balanza: intenta compensar cuando comas en exceso o cuando consumas más alcohol de la cuenta, y 'limpia' tu cuerpo con ellos cada día.

Además, llevar una dieta rica en productos de verano te ayudará a sentirte mejor y a descansar en mayor medida. Cuando nos sentimos pesados estamos empleando demasiada energía en tareas que podríamos evitar, como las largas digestiones. Si eliges darle a tu organismo un funcionamiento más ligero, te sentirás mucho mejor.

En este sentido, es importante no olvidar el ejercicio durante el verano. Eso sí, evita las horas centrales del día, entre otras cosas para evitar el famoso golpe de calor, pero también porque te apetecerá mucho más hacer deporte durante horas más frescas, bien sea por la mañana o a última hora de la tarde. Además, tendrás más 'aguante' durante estas horas, y tu cuerpo trabajará de forma más placentera. 

Existen distintos deportes de verano a los que puedes recurrir: nadar, bucear y, en general, cualquier deporte de agua; senderismo, bicicleta... Las buenas temperaturas te ayudarán a disfrutar de estos ratos de ejercicio, y descansarás mucho mejor después de hacerlo. Eso sí, no olvides protegerte del sol e hidratarte bien. 

Por último, intentar mantener una rutina en la medida de lo posible te ayudará a evitar el sobrepeso: a veces, durante el verano, comemos a deshoras o realizamos comidas muy abundantes seguidas de largas horas sin ingerir nada. También alteramos nuestros horarios de sueño y de descanso. Aunque esto es natural y puede sentarnos muy bien a otros niveles, intenta no 'marear' en exceso a tu organismo y seguir aportándole ratos de descanso y de paz periódicos. De otro modo, es posible que regreses más cansado de lo que llegaste, y que tu salud se resienta en el camino.

Cómo trabajar tu cuerpo frente a los excesos del verano: consejos para dejar de engordar