Detectan que las mariposas migran en sentido opuesto según hemisferio

Un ejemplar de Vanessa cardui. Imagen: Gerard Talavera, IBB (CSIC-MCNB)

Un equipo de investigación ha identificado un patrón migratorio inesperado en mariposas: las poblaciones de cada hemisferio se desplazan en direcciones opuestas durante su otoño correspondiente. En el hemisferio norte, el vuelo se dirige hacia el sur en el otoño boreal, mientras que en el hemisferio sur el movimiento va en sentido contrario durante el otoño austral.

Según el trabajo, estos desplazamientos no llegan a atravesar la Línea Ecuatorial. Este comportamiento se presenta como un patrón no descrito hasta ahora en insectos.

El estudio se ha publicado en Nature Communications y ha estado liderado por el Instituto Botánico de Barcelona (IBB, CSIC-CMCNB). También han participado el Instituto de Biología Evolutiva (IBE, CSIC-UPF) y colaboradores de África, Europa y Estados Unidos.

  1. Migración opuesta por hemisferios
  2. Un caso de división migratoria en insectos
  3. Recorridos y análisis genómicos
  4. Orientación ambiental y barrera evolutiva
  5. Alcance global e importancia ecológica

Migración opuesta por hemisferios

Los investigadores han descrito que las mariposas migran en sentidos diferentes según el hemisferio. En el norte, las poblaciones vuelan hacia el sur cuando llega el otoño boreal. En el sur, las poblaciones se desplazan en la dirección contraria durante el otoño austral.

El estudio señala que estos movimientos quedan restringidos a cada hemisferio y no se observa el cruce de la Línea Ecuatorial. Esta separación configura un patrón que se presenta como inédito en insectos.

Un caso de división migratoria en insectos

El hallazgo se considera el primer caso documentado de división migratoria en insectos. Se trata de un fenómeno descrito con más frecuencia en aves, donde poblaciones de una misma especie adoptan estrategias migratorias distintas.

El trabajo indica que esta diferenciación puede favorecer el aislamiento entre poblaciones y, con el tiempo, contribuir a la aparición de nuevas especies.

En investigaciones anteriores, el mismo grupo ya había mostrado que la mariposa Vanessa cardui realiza las migraciones más largas conocidas en mariposas, con un circuito de hasta 15.000 kilómetros entre África ecuatorial y Europa. En esta ocasión, el equipo ha identificado un circuito migratorio adicional en el hemisferio sur de África, descrito como completamente independiente del del norte.

Recorridos y análisis genómicos

Para alcanzar estas conclusiones, el equipo recorrió el continente africano en busca de la mariposa cardera y examinó ADN de más de 300 ejemplares procedentes de 38 países de África y Europa.

Los análisis genómicos detectaron una inversión cromosómica de 9 millones de bases en el cromosoma 8. En esa región se ubican genes vinculados con el comportamiento migratorio.

La primera autora, Aurora García-Berro (IBB, CSIC-CMCNB), ha explicado que esta inversión cromosómica “contiene un receptor del neurotransmisor GABA-B, implicado en la orientación durante el vuelo”, por lo que los resultados apuntan a un elemento relevante de la base genética de la navegación.

Orientación ambiental y barrera evolutiva

El equipo ha planteado que la inversión cromosómica podría alterar la forma en que las mariposas interpretan señales ambientales. El texto recuerda que las mariposas migratorias —y también otros insectos— se orientan mediante el campo magnético y la posición del sol.

La coautora Daria Shipilina (Universidad de Uppsala, Suecia) ha indicado como hipótesis que “los patrones de movimiento están restringidos dentro de cada hemisferio debido a mecanismos de orientación específicamente adaptados”.

El líder del estudio, Gerard Talavera (CSIC en el IBB), ha añadido que esta frontera no visible entre hemisferios podría funcionar como una barrera evolutiva. Según ha señalado, limitaría el intercambio genético entre poblaciones migratorias y favorecería su diversificación.

Talavera ha apuntado que, a diferencia de las aves, la división descrita es latitudinal, por lo que la Línea Ecuatorial podría actuar como barrera para la migración de otras mariposas e incluso de otros grupos de animales migratorios. Si esta interpretación es correcta, se plantea que podría ayudar a explicar la existencia de especies hermanas en hemisferios distintos, y que esta división migratoria podría ser un “motor evolutivo hasta ahora inadvertido”.

Alcance global e importancia ecológica

El estudio subraya la necesidad de examinar patrones y procesos biológicos a escala global, con especial atención al hemisferio sur, que aparece menos representado en investigaciones de biodiversidad.

También pone el foco en comprender cómo estos insectos interpretan señales ambientales y orientan sus migraciones. Esta información ayuda a entender mejor el papel ecológico de los insectos migratorios, tanto por su función como polinizadores como por su papel como vectores de parásitos.