Asegura que el tiempo que trascurrió tan solo fueron dos minutos pero que aún así, fue el tiempo suficiente para que le diese tiempo a llevársela. Incluso llegó a caerse cuando la estaba robando según aseguraba otro de sus compañeros que pudo llegar a ver lo que estaba sucediendo.
Como ya tenía el pedido en las manos, su aplicación empezó a contarle el tiempo por lo que tuvo que ir andando a entregar el pedido. A día de hoy sigue buscando su bicicleta por las calles de Marbella. Como explica, la bicicleta no es una cualquiera, tiene que ser una especial ya que son muchas horas las que se pasaba montado en ella. La suya concretamente era una Megamo DX3 de color verde turquesa. Le costó 450 euros y la compró con el dinero que le prestó su cuñado.
