Argüello: la Navidad "enciende la luz" de los solos y alienta el bien común

El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello en su felicitación de Navidad en el Arzobispado de Valladolid.
El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello en su felicitación de Navidad en el Arzobispado de Valladolid.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha pedido volver al sentido más profundo de la Navidad. El mensaje insiste en que estas fechas no deberían quedarse solo en luces y celebraciones externas, sino en un acontecimiento de salvación.

En un contexto lleno de encuentros y propuestas, el mensaje apunta a una idea central: la Navidad cobra fuerza cuando se reconoce lo esencial. Ese enfoque busca que el significado del día se abra paso incluso cuando todo alrededor parece ruido.

Además, el mensaje pone el foco en quienes atraviesan la Navidad desde la soledad, la duda o la enfermedad. También recuerda los lugares y realidades donde la paz no termina de asentarse y donde celebrar puede implicar persecución.

  1. Navidad como acontecimiento de salvación
  2. La verdadera Luz: Jesús, el Emmanuel
  3. Lugares y personas más cerca del pesebre
  4. Paz, persecución y llamado al bien común

Luis Argüello ha invitado a redescubrir la Navidad como un hecho que transforma, más allá del ambiente festivo. La idea principal subraya que, entre planes, regalos y reuniones, conviene no perder de vista lo que se celebra.

"La Navidad está llena de nuestras fiestas, de nuestros encuentros, de regalos, de tantas propuestas. Y en medio de todo eso, ha de abrirse paso el acontecimiento. El verdadero regalo, la verdadera Luz, que es Jesús, el Emmanuel, este pequeño que nace en un pesebre y que está en brazos de María, su madre, para llevar la luz, precisamente, a aquellos que tienen sombras en el corazón"

En ese marco, el mensaje plantea una llamada clara: dar prioridad a lo esencial. Cuando la Navidad se reduce a lo externo, el sentido profundo queda oculto; cuando se coloca en el centro, ilumina también lo cotidiano.

La verdadera Luz: Jesús, el Emmanuel

Argüello ha destacado que este miércoles "se ha encendido verdaderamente la Luz" y que esa Luz busca abrirse camino "en medio de la noche" y "en las tinieblas de la humanidad". La expresión remarca una imagen directa: la esperanza no depende de que desaparezcan las sombras para empezar a actuar.

El mensaje recalca que el "verdadero regalo" y la "verdadera Luz" de la Navidad es Jesús, "el Emmanuel". Ese niño que nace en un pesebre aparece como una respuesta destinada, de manera especial, a quienes cargan con confusión o duda, descritas como "sombras en el corazón".

Soledad, duda y acompañamiento en estas fechas

El mensaje se dirige a quienes viven estas fechas con una ausencia marcada. Se reconoce que muchas familias se reúnen, pero también que hay personas que pasan el día en soledad y que pueden encontrarse con el mensaje de forma casual, incluso a través de redes sociales.

"Hoy, muchas familias se reúnen, pero también, reconozcámoslo, muchos estáis solos y quizás, de manera casual, estáis viendo ahora este mensaje, o incluso en horas posteriores, a través de redes sociales. Es especialmente para vosotros, para quienes estáis solos, para los que el Emmanuel, el Dios con nosotros, viene, se acerca, quiere acoger y acompañar vuestro momento de soledad, de duda"

La insistencia en el acompañamiento pretende sostener a quien lo necesita en ese momento concreto. La Navidad, en este planteamiento, no se mide por la cantidad de planes, sino por la cercanía ofrecida a quien atraviesa un tramo difícil.

Lugares y personas más cerca del pesebre

En esta misma línea, Argüello ha tenido un recuerdo explícito para quienes pasan la Navidad en entornos donde la fragilidad es más visible. Se menciona a las personas mayores en residencias, a los internos en centros penitenciarios y a los enfermos en hospitales.

Estos espacios han sido descritos como "lugares especiales de la Navidad". La razón ofrecida es su proximidad simbólica al pesebre y al Dios que decide nacer "en el último de los últimos lugares".

El mensaje busca que esas realidades no queden apartadas del centro de la celebración. Mirar hacia esos lugares refuerza el sentido de la Navidad como presencia cercana, sobre todo donde más cuesta sostener la esperanza.

Paz, persecución y llamado al bien común

Argüello también ha recordado la tierra de Jesús, "donde no acaba de establecerse la paz". Ese recordatorio conecta la celebración con una situación que sigue abierta y que atraviesa a muchos creyentes en distintas partes del mundo.

En el mismo punto, se ha mencionado a los cristianos perseguidos que casi tienen que "esconderse" para celebrar la Navidad. El mensaje remarca que este acontecimiento une "de norte a sur, de este a oeste" a los creyentes de todo el mundo.

La Navidad aparece así como un vínculo que supera fronteras y dificultades. Esta mirada amplía el foco y sugiere que celebrar implica también mantener viva la atención sobre quienes no pueden hacerlo con normalidad.

Una mesa común para la sociedad española

El mensaje cierra con una invitación a acoger una presencia que renueva y transforma. También aparece una llamada a colaborar en el bien común, con una referencia explícita a la "mesa común" de la sociedad española.

"Jesús nace para todos. Acojamos su presencia, que renueva nuestros corazones, que transforma nuestras relaciones, y que nos invita a poner en la mesa común de nuestra sociedad española una llamada a colaborar en el bien común. El Señor toma nuestra carne y entra en nuestra historia, nos transforma y abre la posibilidad de una historia nueva y santa"

La propuesta se formula como un impulso hacia relaciones renovadas y un horizonte compartido. En esta visión, la Navidad no queda encerrada en lo privado, sino que apunta a una convivencia orientada al bien común.