El Papa: "En cuanto una mujer trabajadora empieza a tener barriga, la echan"

El Papa a su llegada a una audiencia general - Evandro Inetti/ZUMA Press Wire/d / DPA

Alerta de que la diferencia salarial entre jefe y empleados es "demasiado alta" 

 

 

El Papa ha pedido políticas que apoyen la familia al considerar que tener hijos "es también una cuestión patriótica para sacar el país adelante". "En cuanto una mujer trabajadora empieza a tener barriga la echan. Y les dicen: no puedes quedarte embarazada'. Por favor, esto es un problema para las mujeres trabajadoras. Estudiadlo, ved qué podéis hacer para que una mujer embarazada pueda salir adelante, tanto con el hijo que espera como con su trabajo", ha pedido el Papa a los empresarios italianos con los que se ha reunido en el Aula Pablo VI del Vaticano.

Francisco ha lamentado así la baja natalidad en Europa, un hecho que ve "combinado" con el rápido envejecimiento de la población, lo que está agravando la situación de los empresarios, así como la de la economía en general.

"Es urgente apoyar a las familias y a la natalidad", ha subrayado. Por ello, ha pedido facilidades para las familias que salir cuanto antes del "invierno demográfico" en el que vive Italia, y también otros países. "Es un mal invierno demográfico, que va en nuestra contra y nos impide poder crecer", ha advertido.

Por otro lado, ha alertado de que la diferencia salarial entre el jefe y los empleados es "demasiado alta". "Si la brecha entre los salarios más altos y los más bajos se hace demasiado grande, el empresariado se enferma, y pronto la sociedad se enferma", ha defendido ante la patronal italiana Confindustria.

Aunque ha admitido que "hay jerarquía en las empresas" y es cierto que hay diferentes funciones y salarios, también ha abogado por que los salarios no sean "demasiado diferentes". "Hoy en día, la parte del valor que se destina al trabajo es demasiado pequeña, sobre todo si la comparamos con la que se destina a las rentas financieras y a los salarios de los altos directivos", ha precisado.

En la audiencia con los empresarios de Italia, Francisco ha destacado que la creación de empleo es una forma de compartir la riqueza y, por tanto, es "otro nombre para la pobreza evangélica".

El Papa ha recordado que la pandemia ha puesto a prueba muchas actividades productivas y ha dejado "herido" todo el sistema económico. Además, ha resaltado la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética. "En estas crisis también sufre el buen empresario que tiene la responsabilidad de la empresa, de los puestos de trabajo, y que siente las incertidumbres y los riesgos", ha asegurado.

Para Francisco hay dos tipos de empresarios en el mercado; hay empresarios "mercenarios" y empresarios que se parecen al "buen samaritano" porque sufren los mismos sufrimientos que sus trabajadores y "no huyen ante los numerosos lobos que les rodean".

En su alocución, ha señalado que, si bien la riqueza ayuda mucho en la vida, también la complica porque puede convertirse "en un ídolo" y en un "amo despiadado". "La riqueza --ha afirmado-- también crea "envidias, murmuraciones, y no pocas veces violencia y maldad".

No obstante, ha recordado que la Iglesia desde el principio
ha acogido también en su seno a los mercaderes, precursores de los modernos empresarios, y que en el Evangelio no sólo están los treinta denarios de Judas" sino también los "dos denarios" del samaritano. En definitiva, ha comentado que el mismo dinero puede servir, ayer como hoy, para traicionar y vender a un amigo o para salvar a una víctima.

"Lo vemos cada día cuando el dinero de Judas y el del buen samaritano conviven en los mismos mercados, en las mismas bolsas, en las mismas plazas bancarias. La economía crece y se humaniza cuando los dos denarios del samaritano son más numerosos que los de Judas", ha reflexionado.

Por otro lado, ha instado a pagar los impuestos que ha defendido como "otra forma de compartir la riqueza", aunque ha reconocido que a menudo no es comprendida. "El pacto fiscal es el corazón del pacto social. Los impuestos son también una forma de compartir la riqueza, para que se convierta en bienes comunes, en bienes públicos: escuelas, sanidad, derechos, cuidados, ciencia, cultura, patrimonio", ha manifestado.

Para el Papa, los impuestos deben ser justos, equitativos, fijados en función de la capacidad de pago de cada persona" y la administración debe ser "eficiente" y "no corrupta". "Los impuestos no deben verse como una usurpación. Son una forma elevada de compartir bienes, el corazón del pacto social", ha asegurado. En su discurso también se ha referido a la irrupción de la tecnología en el mundo laboral y ha dicho que es también una "amenaza". "Si el nuevo capitalismo crea riqueza y ya no crea trabajo, esta gran función buena de la riqueza entra en crisis", ha concluido.