Relojero de la Puerta del Sol: rutina diaria con una gran responsabilidad
En Madrid, el reloj de la Puerta del Sol vuelve a estar en el centro de todas las miradas cuando se acerca el final de año. Detrás de esas agujas hay un trabajo constante que casi no se ve, pero que se nota si algo falla.
Jesús López Terradas, relojero y parte del equipo que se ocupa de su mantenimiento, describe una mezcla muy conocida: rutina y presión. Por un lado, la tarea se repite cada semana; por otro, el momento de las campanadas siempre impone.
Según explica, el objetivo es simple y a la vez enorme: que todo funcione con precisión para que millones de personas puedan seguir el ritmo del reloj sin sorpresas.
Un reloj que no se detiene
El relojero Jesús López Terradas, uno de los responsables del mantenimiento del reloj de la Puerta del Sol, asegura que están acostumbrados, aunque siempre se mantiene esa sensación de responsabilidad ante las campanadas de fin de año. También detalla que el reloj se mantiene a punto durante todo el año, ya que cada semana hay que acudir de forma obligatoria para evitar que se pare.
Junto a sus compañeros Pedro y Santi Ortiz Riz, el trabajo incluye subir las pesas, limpiar, engrasar y corregir cualquier defecto que pueda aparecer en este reloj tan emblemático.
La responsabilidad de las campanadas
López Terradas insiste en que se pone todo el cuidado posible para que no haya fallos. La razón es clara: existe conciencia de la responsabilidad que supone que tantos millones de personas estén pendientes de esas campanadas.
Una restauración reciente
Además, recuerda que este año el reloj ha pasado por una restauración. Se desmontó, se limpió, se corrigieron pequeños desgastes, se montó de nuevo, se engrasó y se comprobó que todo quedara en orden.