Sueldos de más de 5.101,2 €/mes tendrán recargo en 2026

Archivo - La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz
Archivo - La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz

El arranque de 2026 llega con cambios relevantes en las cotizaciones a la Seguridad Social. En un contexto de ajustes graduales, conviene revisar la nómina y entender qué conceptos suben, a quién afectan y cómo se calculan.

Por un lado, se refuerza la llamada cuota de solidaridad, una cotización extra para la parte del salario que supera la base máxima. Por otro, vuelve a incrementarse la sobrecotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que financia el Fondo de Reserva.

Estos movimientos buscan elevar ingresos del sistema de cara a los años de mayor presión financiera. Seguir de cerca estas cifras resulta clave para anticipar el impacto en costes laborales y en el neto mensual.

  1. Cuota de solidaridad desde enero de 2026
  2. Tramos en 2026 y reparto entre empresa y trabajador
  3. Ejemplos de cálculo con la base máxima de 2026
  4. Despliegue hasta 2045 y efecto sobre la pensión
  5. Subida del MEI en 2026 y horizonte hasta 2050
  6. Por qué se refuerzan estos ingresos

Cuota de solidaridad desde enero de 2026

Madrid, 30.

La Seguridad Social aplicará desde el 1 de enero una cotización extra, conocida como cuota de solidaridad, a los sueldos que superen la base máxima. Para 2026, esa base máxima se situará en 5.101,2 euros al mes (61.214,4 euros al año), tras revalorizarse un 3,9% respecto a 2025.

Esta cuota, en vigor desde 2025 y con despliegue completo previsto para 2045, consiste en una cotización adicional sobre la parte del salario que excede de la base máxima. Funciona por tramos y se aplica de manera progresiva.

En 2025, los tipos han sido del 0,92% para el tramo de salario hasta un 10% por encima de la base máxima, del 1% para el tramo entre un 10% y un 50% superior, y del 1,17% para el tramo que supera en más de un 50% esa base. En 2026, esos porcentajes escalarán al 1,15%, 1,25% y 1,46%, respectivamente.

Tramos en 2026 y reparto entre empresa y trabajador

Con la base máxima fijada en 5.101,2 euros mensuales para 2026, la aplicación por tramos queda definida así:

Primer tramo: para sueldos entre 5.101,2 y 5.611,32 euros al mes, el tipo será del 1,15%. De ese total, el 0,96% corresponderá a la empresa y el 0,19% al trabajador.

Segundo tramo: si el salario está entre 5.611,33 y 7.651,8 euros mensuales, el tipo será del 1,25%, con 1,04% a cargo de la empresa y 0,21% a cargo del trabajador.

Tercer tramo: cuando el sueldo supera los 7.651,8 euros al mes, el tipo sube al 1,46%, repartido en 1,22% para la empresa y 0,24% para el trabajador.

Ejemplos de cálculo con la base máxima de 2026

Para entender el impacto, se toma como referencia la base máxima mensual de 2026: 5.101,2 euros.

En el caso de un salario un 10% por encima de la base máxima, es decir, 5.611,32 euros al mes, la cotización adicional del 1,15% se aplica sobre los 510,12 euros que exceden la base. El resultado sería una cuota aproximada de 5,86 euros más al mes, o 70,3 euros más al año.

Al tratarse de un sistema progresivo, si el sueldo supera la base máxima hasta un 50% (con un máximo de 7.651,8 euros al mes), la cuota se calcula en dos tramos sobre el exceso total, que en ese límite sería de 2.550,6 euros mensuales.

En ese escenario, los primeros 510,12 euros de exceso se gravan al 1,15% (unos 5,86 euros al mes) y los 2.040,5 euros restantes al 1,25% (unos 25,50 euros). Así, para un salario de 7.651,8 euros, la cuota de solidaridad rondaría 31,36 euros al mes o 376,3 euros al año.

Cuando el salario supera los 7.651,8 euros mensuales (más de un 50% por encima de la base máxima), se aplican los tres tipos (1,15%, 1,25% y 1,46%) en sus tramos correspondientes.

Despliegue hasta 2045 y efecto sobre la pensión

La cuota de solidaridad seguirá aumentando de forma escalonada hasta quedar completamente desplegada en 2045. En ese año, el primer tramo tendrá una cuota del 5,5%, el segundo tramo aplicará un 6% y el tercero un 7%.

Esta cotización adicional no genera derecho a una pensión más alta. Además, afecta a trabajadores por cuenta ajena, y no a autónomos, que cuentan con su propio sistema de cotización según ingresos reales.

El reparto entre empresa y trabajador mantiene la misma proporción que la distribución del tipo general de cotización por contingencias comunes.

Subida del MEI en 2026 y horizonte hasta 2050

Junto a la cuota de solidaridad, en 2026 vuelve a incrementarse la sobrecotización del MEI. Desde el 1 de enero de 2026, esta cotización adicional será del 0,90%, frente al 0,80% de 2025. De ese 0,90%, el 0,75% irá a cargo del empleador y el 0,15% a cargo del trabajador.

El MEI seguirá subiendo hasta 2029, cuando quedará situado en el 1,2%. Lo ingresado se destina a engrosar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones.

Este fondo cerró 2025 por encima de los 14.000 millones de euros, el nivel más alto desde diciembre de 2017, tras recibir dotaciones de más de 4.000 millones de euros procedentes del MEI.

A 30 de noviembre de 2025, el valor de la hucha alcanzó los 13.683,81 millones de euros. Desde el 1 de enero de 2023 (cuando entró en vigor el MEI) hasta noviembre de 2025, las aportaciones por este concepto rozaban los 9.800 millones de euros.

El MEI seguirá aplicándose hasta, al menos, 2050. A partir de 2030, esta sobrecotización se mantendrá en el 1,2%.

En 2026, al sumar el MEI (0,9%) al tipo por contingencias comunes (28,30%), el tipo total de cotización será del 29,2%, frente al 29,1% de 2025.

El MEI se aplica en todos los supuestos en los que se cotiza por jubilación y también en situaciones de desempleo. No se aplica a quienes siguen trabajando una vez alcanzada la edad de acceso a la pensión de jubilación.

Por qué se refuerzan estos ingresos

La combinación de la cuota de solidaridad, el MEI y la subida de la base máxima por encima del IPC busca mejorar los ingresos de la Seguridad Social. El objetivo es proteger el sistema en la década de los 40 de este siglo, cuando se prevé una mayor tensión financiera por la jubilación de la generación del baby boom.

Ante estos cambios, resulta aconsejable verificar cómo se reflejan los nuevos tipos en la nómina y tenerlos en cuenta en la planificación salarial, ya que el impacto depende del nivel de ingresos y de si se supera, o no, la base máxima.