Según ha precisado Fad Juventud que la juventud española haya recuperado el nivel de desarrollo económico alcanzado antes de la pandemia se debe sobre todo a la mejora en indicadores que tienen que ver con el empleo. En concreto, ha explicado que actualmente existe una menor tasa de desempleo juvenil (22,4%), una menor tasa de población joven subempleada (14,3%), así como una menor tasa de temporabilidad (45,5%) y una menor tasa de parcialidad involuntaria (49,1%).
Además, ha apuntado que el porcentaje de jóvenes que considera que han mejorado las oportunidades laborales con respecto a las de sus padres ha aumentado un 6% con respecto a 2018, cuando lo pensaban el 35%.
En todo caso, Fad Juventud ha destacado que los jóvenes siguen siendo un colectivo "claramente vulnerable" en cuanto a la situación económica. En este sentido, ha considerado "preocupante" las tasas de población jóven en riesgo de pobreza y exclusión, que en 2023 se sitúa en 27,3% y ha señalado que esta vulnerabilidad económica "restringe su capacidad para independizarse".
Por otro lado, el estudio también refleja que la brecha de género en cuestiones económicas sigue siendo "muy acusada": en todos los valores del índice las mujeres están por debajo que los hombres.
El Centro Reina Sofía de Fad Juventud monitoriza e investiga desde 2013 la realidad juvenil. Para ello, realiza un análisis multidisciplinar sobre el contexto social y cultural de adolescentes y jóvenes (15-29 años).
El Índice de Capacidades Económicas 2018-2023 se ha construido a partir de 16 indicadores socioeconómicos y laborales, que se han valorado positiva o negativamente en función del papel y del peso que se le ha atribuido en el desarrollo juvenil, inspirados en el modelo conceptual y teórico de Martha Nussbaum, un modelo similar al utilizado por Naciones Unidas y el PNUD, y a partir del criterio de diferentes expertos.
