martes. 16.04.2024

Los precios están continuamente en evolución, aunque en los últimos meses estamos pudiendo comprobar una tendencia a la alza de los precios en los alimentos y otros productos de nuestro día a día, como es el caso de la gasolina o el ya polémico precio de la luz. Ir a la compra cada vez supone más un duro golpe a nuestras carteras, con productos que se encarecen hasta casi un 800% desde su obtención en el campo, hasta su llegada a nuestras mesas.

En este mes de marzo, los productos se han llegado a encarecer hasta un 7%, dicha subida ha provocado que algunos productos como el aceite hayan visto su precio subido hasta un 8,5% del de hace unos meses. En el caso de la leche, el precio también ha subido hasta un 5%. Subidas que aunque pequeñas, el consumidor en conjunto va notando cada vez más y más en su bolsillo, con menos cantidad de un producto en los envases, pero mayor precio del mismo.

Según informan desde la OCU, hasta el 7% de los productos envasados han reducido su peso en los últimos meses, siendo un claro caso de lo que antes hablábamos. Algo que es legal, siempre y cuando el precio mostrado en el envase coincida con el peso real del contenido del producto. La OCU recomienda ahora más que nunca elegir con sabiduría en que establecimientos comprar los productos donde, escoger un super barato marcará la diferencia de comprar en las cadenas más grandes.

Algunos expertos señalan varios trucos para hacer cierto ahorro para el bolsillo y atajar el desembolso. El primero y más obvio, el evitar comprar productos de marca y optar por las marcas blancas, con los que renunciar a gastar algunos euros sin renunciar a la calidad. Otro consejo muy recomendable es hacer una lista de los productos que más consumimos y hacer comparaciones de precios de dicho producto en distintos establecimientos de la zona.

Los alimentos de temporada son una de las compras más recomendables, pues además de ser más frescos suelen ser más baratos, además de aprovechar las ofertas de los productos, sobre todo de aquellos no perecederos que puedan echarse a perder, como detergentes, papel higiénico o jabones, a pesar de no necesitarlos en ese preciso instante.

Los productos alimenticios se vuelven un 800% desde campo a la mesa