La alimentación escolar podría aportar beneficios a la salud y al planeta

Archivo - Colegio público de Educación Infantil y Primaria San Juan Bautista, a 7 de septiembre de 2023, en Arganda del Rey, Madrid (España).
Archivo - Colegio público de Educación Infantil y Primaria San Juan Bautista, a 7 de septiembre de 2023, en Arganda del Rey, Madrid (España).

Las comidas escolares saludables y sostenibles podrían contribuir a reducir la desnutrición, disminuir las muertes asociadas a la dieta y recortar de forma notable el impacto ambiental, según un nuevo trabajo de modelización liderado por un investigador de la UCL (University College de Londres, Reino Unido).

El análisis se integra en una nueva colección de artículos publicada en Lancet Planetary Health por integrantes del Consorcio de Investigación para la Salud y la Nutrición Escolar, iniciativa independiente de la Coalición de Alimentación Escolar. En conjunto, los textos señalan que los programas de alimentación escolar bien planteados pueden funcionar como una inversión estratégica hacia un futuro más saludable y sostenible.

La colección reúne seis artículos y combina modelos, estudios de casos y evidencia de varias disciplinas. El objetivo es mostrar cómo los programas de comidas escolares compatibles con el planeta pueden, al mismo tiempo, mejorar la nutrición infantil, reducir el riesgo de enfermedades a largo plazo ligadas a la dieta, aliviar presiones climáticas y ambientales y favorecer sistemas alimentarios más resilientes y con mayor agrobiodiversidad.

  1. Contexto y escala del reto
  2. Modelización global hacia 2030
  3. Salud, nutrición y mortalidad
  4. Impacto ambiental y ahorros
  5. Marco de cuatro pilares
  6. Herramientas y próximos resultados

Contexto y escala del reto

Los sistemas alimentarios globales generan aproximadamente un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano. Además, se asocian al aumento de la desnutrición y de enfermedades vinculadas a la dieta.

En paralelo, los programas nacionales de comidas escolares alimentan cada día a 466 millones de niños. Esta cifra equivale al 70% del sistema alimentario público mundial, una dimensión que, según el planteamiento del estudio, otorga a los gobiernos una capacidad de influencia excepcional.

Modelización global hacia 2030

Un estudio de modelado a escala mundial, dirigido por el profesor Marco Springmann, responsable de modelización del Consorcio de Investigación y con sede en el Instituto de Salud Global de la UCL, evalúa el efecto de ofrecer una comida saludable y sostenible a cada niño de aquí a 2030.

Los resultados del modelo indican que esta medida podría reducir la desnutrición mundial en un 24%, con un efecto especialmente marcado en regiones con inseguridad alimentaria.

Salud, nutrición y mortalidad

De acuerdo con el estudio, el descenso de la desnutrición se traduciría en 120 millones menos de personas que no alcanzan niveles suficientes de vitaminas, minerales y energía a través de la alimentación.

El modelado también apunta a que se podrían evitar más de un millón de muertes al año por enfermedades relacionadas con la dieta, como la diabetes y las patologías coronarias, bajo el supuesto de que los escolares actuales mantengan, al menos de forma parcial, una preferencia por alimentos más saludables en la edad adulta.

Impacto ambiental y ahorros

En el plano ambiental, el análisis sugiere que sería posible reducir a la mitad los impactos relacionados con los alimentos, incluidas las emisiones y el uso de la tierra, cuando las comidas siguen patrones saludables y sostenibles.

Como ejemplo de esos patrones, se menciona el aumento de la proporción de verduras y la reducción de la carne y los productos lácteos.

El trabajo también plantea que la medida permitiría lograr ahorros relevantes en salud y clima, lo que ayudaría a compensar de forma importante las necesidades de inversión. Aun así, se recuerda que en la actualidad solo uno de cada cinco niños recibe una comida escolar.

Según lo expuesto por Springmann, los modelos muestran beneficios sanitarios y ambientales en todas las regiones, y el ahorro climático y sanitario derivado de dietas más saludables y de menores emisiones puede contribuir a cubrir parte de los costes de ampliar estos programas. También se indica que la evidencia respalda la inversión en comidas escolares como una medida eficaz y viable desde el punto de vista económico.

Marco de cuatro pilares

Para facilitar la transición de los gobiernos hacia programas de comidas escolares respetuosos con el planeta, la colección propone un marco conceptual que describe cómo las comidas escolares pueden impulsar una transformación sistémica de los sistemas alimentarios a escala.

El marco se estructura en torno a cuatro pilares: menús escolares saludables, diversos y culturalmente relevantes; métodos de cocina limpios y modernos; reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos; y educación alimentaria holística que conecte a niños, familias y comunidades.

De forma conjunta, estos pilares se presentan como una vía para reforzar la salud infantil y la alfabetización alimentaria, apoyar la agrobiodiversidad, estimular la producción local ecológica y construir sistemas alimentarios con mayor resiliencia frente al clima.

El planteamiento subraya que los cuatro elementos deben integrarse en normas de contratación pública, estándares nutricionales y reformas de política alimentaria, con el fin de aprovechar su potencial y orientar la demanda hacia sistemas alimentarios más saludables y sostenibles.

La doctora Silvia Pastorino, responsable de Dietas y Salud Planetaria del Consorcio de Investigación y curadora de la colección desde la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM), señala que este enfoque sitúa las comidas escolares no solo como un programa de nutrición, sino como una herramienta de transformación de sistemas alimentarios. También apunta a mejoras en el bienestar infantil actual y a la promoción de hábitos sostenibles a largo plazo, junto con beneficios en biodiversidad, emisiones y resiliencia comunitaria.

Herramientas y próximos resultados

El marco se apoya en conocimientos publicados por primera vez en el Libro Blanco de 2023 del Consorcio de Investigación, Comidas escolares y sistemas alimentarios, que reunió a 164 autores de 87 organizaciones de todo el mundo.

En colaboración con organizaciones internacionales y socios gubernamentales, el Consorcio de Investigación trabaja en un Kit de Herramientas para una Alimentación Escolar Sostenible con el Planeta. El objetivo es ayudar a los países a evaluar costes, impacto ambiental y beneficios para la salud al pasar a modelos de alimentación escolar sostenibles.

El kit se desarrolla junto a socios de Kenia y Ruanda, y se prevé que los primeros resultados estén disponibles en la primavera de 2026. DOI: 10.1016/j.lanplh.2025.06.002