jueves. 18.04.2024

"De repente ha aparecido un nuevo concepto, 'Ajuste en base al Real Decreto 10/2022', por el que he pagado unos 700 euros en una y más de 1.700 en la otra. Es una barbaridad", así ha reaccionada Jordi Gil, el regente de Alenar Bodega Mediterránea, un bar de tapas y vinos de Valencia. Y él no ha sido el único que se ha llevado un "susto" tras recibir las facturas de la luz de junio y julio.

El 8 de junio, la Comisión Europea autorizaba a España y Portugal a aplicar lo que se conoce como excepción ibérica, una medida que inicialmente estará vigente hasta el 31 de mayo. De esta forma, ambos países pasaban a limitar el precio del gas natural que se emplea para producir electricidad con el objetivo de contener el impacto que su escalada está teniendo en el mercado mayorista desde que comenzó la guerra de Ucrania. La CE cifró entonces en 6.300 millones el coste de esta "ayuda de Estado", que se daría en forma de compensación a las eléctricas.

El Gobierno ya había anunciado que dicha compensación sería asumida por los clientes en función de su consumo. Ciertamente esta información pasó desapercibida para muchos, pero de lo que no se avisó fue de que el importe podría ser tan elevado e igualmente se insistió en que el mecanismo supondría una rebaja en la factura de entre un 15 y un 20%, contado el pago por el ajuste. En ese contexto, son muchos los que hablan de "trampa" y echan en falta una comunicación directa por parte de su comercializadora. 

"Nos venden que el precio de la luz ha subido pero no tanto como en el resto de los países europeos. Ellos sin embargo no pagan una nueva tasa por el decreto, que con el 21% de IVA supone casi un 50% de impuestos", se queja Jordi al otro lado del teléfono. "No es que estén contando una mentira, pero no están diciendo toda la verdad. Se ha vendido la excepción ibérica, que me parece muy bien, pero no se ha comentado todo el trasfondo", coincide Tomás Reche. 

En casa de este almeriense, el recibo ascendió a 187 euros en julio, en torno al triple de lo que venía pagando. De esa cantidad, 63 euros corresponden a la retribución por el tope al gas. "Sabía que las facturas se iban a incrementar porque el precio de la energía sube, pero no con esa diferencia", reconoce. "Llamé a la compañía para asegurarme de que estaba todo en orden y me dijeron que mi tarifa es indexada y que me lo tenían que cobrar. Me cambié de modalidad en noviembre porque era lo que se recomendaba en ese momento", explica. Se trata del mismo tipo de tarifa que tienen en el Alenar. "Es lo que me aconsejó mi asesor energético en su día", recuerda su responsable.

La tarifa indexada se enmarca dentro del mercado libre pero con bastantes similitudes con la regulada, denominada PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor). El PVPC -al que están adscritos el 40% de los hogares españoles- presenta un único concepto, determinado por el precio horario del kilovatio, que fluctúa. "En él se incluye tanto la rebaja por el marginal como el aumento por la compensación, y da un resultado final", señala José Luis Sancha, experto en factura energética y mercado eléctrico de la Universidad Pontificia Comillas. Todo depende de cada compañía, pero en la mayoría de estos casos en la factura no aparece desglosada la compensación.

Lo que está ocurriendo con usuarios adscritos al mercado libre, que tienden a contar con un precio fijo anual, es que en los dos últimos meses han empezado a encontrarse con dos variables. "La tarifa plana para la energía se mantiene y se suma a ella otro valor, que tiene distintos nombres pero que hace referencia a la compensación. Es un nuevo concepto sobre el que el cliente no tiene control porque depende del precio horario de la energía y del consumo. Resulta impredecible. Es como si tuviese un PVPC camuflado", continúa el profesor. 

Esto lo notan ya quienes han renovado sus contratos a partir del 26 de abril, así como quienes están acogidos a la tarifa indexada. La aplicación depende de las condiciones contractuales que haya suscrito cada uno con su comercializadora. Se estima que en el intervalo de un año esto afectará a la inmensa mayoría de los consumidores porque, salvo algunas excepciones, los contratos suelen renovarse anualmente. 

Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica defienden que el efecto por la limitación del precio supera al pago por ese ajuste, dando como resultado un balance positivo para los consumidores. Admiten que las facturas cada vez son más elevadas, pero añaden que lo serían aún más sin la excepción ibérica. Este viernes, la electricidad mayorista se pagaba a 706,3 euros el megavatio hora en Francia, a 699,4 en Alemania y a 718,7 en Italia, mientras que en España ascendía a 318,3 (incluida la compensación a las compañías). Sin el ajuste la habríamos pagado a 500 euros, insisten en la cartera que encabeza Teresa Ribera. 

Las mismas fuentes justifican que mucha gente del mercado libre se ha venido beneficiando de las rebajas aplicadas por el Gobierno. "Sus tarifas eran muy estables. Hasta el momento en el que han renovado sus contratos. Al hacerlo, muchas compañías han empezado a repercutirles el aumento del coste de la energía. Aun así, su factura no ha subido tanto como lo habría hecho sin este mecanismo", insisten. Y apostillan que en sus dos primeros meses de aplicación, del 15 de junio al 15 de agosto, se ha obtenido un ahorro neto de unos 1.400 millones de euros. 

En línea similar se pronuncia Francisco Javier López, miembro de la junta directiva de la Asociación de Empresas Eléctricas (Aseme). "Los clientes están viendo que su factura se están incrementando pero no lo está haciendo como lo haría si no tuviéramos esta excepcionalidad. Gracias a ella, y a que se ha puesto un tope al gas a 40 euros el megavatio, hemos conseguido que solo paguemos a precio de gas aquella energía que se genera con él, con lo cual reducimos mucho los costes. El problema es que el precio está disparadísimo", señala. 

López hace "un poco de autocrítica porque el consumidor final no ha tenido mucha información acerca de cómo le iba a repercutir este tipo de medida": "Quizás como sector no hemos sido tan trasparentes. Creo que debemos hacer un poco más de didáctica".  "Antes de todo esto, lo españoles tampoco entendían muy bien la factura de la luz, con lo cual si introducimos un nuevo ajuste lo que hacemos es enrevesarlo más", señala.

La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) indica por su parte que en su momento sí realizó un trabajo activo para explicar cómo afectaría el tope al gas a los clientes. El 20 de junio, su director de Regulación, Pedro González, intervenía ante los medios para hablar de cómo funciona el mecanismo, de sus primeros resultados y de sus principales impactos. González afirmó que, a pesar de que supondría un abaratamiento en el recibo de la luz, sería "complicado" llegar al objetivo marcado por el Gobierno y agregó que en el momento de la renovación de los contratos, el consumidor debería analizar si ir "a un escenario de precios vinculados al 'pool' o intentar renovar precios fijos de manera que se incorpore esa compensación". "La complejidad va a ser muy elevada, ya que no todos los casos se van a poder tratar de manera única", concluyó.

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