Los sindicatos de CGT, UGT y USO han denunciado que varios compañeros de la empresa 'Grupo Konecta BTO' fueron obligados a seguir trabajando junto al cadáver de Inmaculada, que falleció repentinamente el pasado martes mientras trabajaba junto a ellos.
Los hechos sucedieron a principios de esta semana en la calle San Romualdo, en San Blas-canillejas, Madrid, cuando una compañera murió repentinamente al rededor de las 14 horas. Los compañeros, atónitos, tuvieron que seguir trabajando debido a que les dijeron que "eran un servicio esencial".
Algo a lo que muchos pensaron: "¿Y la vida? ¿Hay algo más esencial que la vida?" Un trabajador testificó que: "Una compañera tuvo que sujetarla para que no se cayese de la silla. Está tirada en el suelo y nosotros cogiendo llamadas, nos dicen que las sigamos cogiendo".
Desde la Confederación General del Trabajo del Sector Federal de Telemarketing han emitido un comunicado en su página web en el que cargan duramente con la empresa y los responsables que permitieron que esto sucediera: "Expresamos nuestra repulsa a los responsables de Konecta por semejante comportamiento. Nos ha faltado humanidad, empatía y respeto a raudales".
