miércoles. 08.05.2024

Adrián es uno de los 450.000 niños en España que tienen Trastorno del Espectro Autista y cuando Brownie, un perro labrador, llegó a su vida, la cambió por completo. Llevan ya juntos más de seis años y Brownie ha ayudado a Adrián cada vez que lo ha necesitado. "No podíamos alejarnos ni diez metros de la puerta de casa, porque tenía miedo de salir a la calle", explica Noelia Fernández, madre de Adrián.

"Antes de Brownie, Adrián tenía crisis de autolesionarse y gritar que duraban más de 48 horas. Y no sabíamos qué le pasaba porque no sabía expresarse", contaba Noelia. También gracias a él supieron que le estaban haciendo bullying en el colegio, “hubo un día en que llagó a casa con tanta ansiedad, que se metió en su habitación con el perro, se tumbó en la cama con él, y llorando se lo contó”, decía su madre.

Y es que este tipo de perros se entrenan para este tipo de situaciones. Comienzan desde muy cachorros yendo a sitios como centros comerciales y espacios grandes para que se les quite el miedo. En su segundo año, el entrenamiento es más específico. Aprenden tareas de control de fugas con anclaje. "Es muy importante que, antes de cruzar una calle, el perro se pare a metro y medio del bordillo. Porque es la distancia que da de largo la correa, y evita que el niño quede parado en mitad de la calle", explica De Matteis. Además, de aprender la técnica del tumbado de emergencia "Si el niño siente el tentativa de salir corriendo, el perro, que siempre pesa más que él, se tumba en el suelo y bloquea esta conducta", según explica De Matteis.

Cuando llegan a la familia adoptiva pueden acompañar a estos niños durante toda su vida.

Los perros de asistencia podrían ser la salvación de los niños con autismo