El Papa alerta en la última misa del año sobre discursos hipócritas

El Papa León XIV
El Papa León XIV

En la última misa del año 2025, el Papa León XIV advirtió sobre estrategias dirigidas a dominar mercados, territorios y áreas de influencia, a menudo impulsadas por la fuerza y recubiertas de discursos que calificó de hipócritas. La información fue difundida por Vatican News.

Durante la homilía en la basílica de San Pedro, el Pontífice situó ese diagnóstico en el marco de la fe y del tiempo litúrgico. Presentó a María como referencia para leer la realidad con una mirada que, según expresó, deshace la soberbia, derriba a los poderosos y eleva a los humildes.

  1. Alerta sobre lógicas de dominio
  2. María como respuesta de fe
  3. Te Deum y paso del tiempo
  4. Plenitud de los tiempos y designio
  5. Gratitud por el Jubileo y Roma

Alerta sobre lógicas de dominio

León XIV señaló la existencia de dinámicas que buscan conquistar espacios económicos y geopolíticos, con frecuencia armadas y acompañadas de proclamas ideológicas o de falsas motivaciones religiosas. En ese contexto, describió estos relatos como formulaciones que pueden encubrir intereses de poder.

Ante esas lógicas, indicó que la Santa Madre de Dios, presentada como “la más pequeña y la más elevada entre las criaturas”, contempla la realidad con la mirada de Dios. Esa mirada, añadió, “dispersa las tramas de los soberbios, derriba a los poderosos de sus tronos y eleva a los humildes”.

María como respuesta de fe

En sus palabras, María fue descrita como la mujer en la que Dios escribió su Palabra sin imponerla, sino ofreciéndola a su corazón. Tras su “sí”, esa Palabra quedó, según expresó, escrita “con amor inefable” en su carne.

También afirmó que en ella se enlazaron la esperanza de Dios y la esperanza de María, “descendiente de Abraham según la carne y, sobre todo, según la fe”.

Te Deum y paso del tiempo

La celebración concluyó con el canto del Te Deum como acción de gracias por el año civil que finaliza. El Papa explicó que esa riqueza nace tanto del misterio celebrado —la maternidad divina de María— como de su ubicación al cierre del año solar, cuando la Iglesia contempla el paso del tiempo bajo la bendición de Dios.

León XIV subrayó que la solemnidad, que cierra la Octava de Navidad, acompaña el tránsito de un año a otro y extiende sobre ese cambio la bendición de Aquel “que era, que es y que viene”.

En ese mismo horizonte situó el Jubileo recientemente concluido, celebrado “en el corazón de Roma, junto a la tumba de Pedro”. Indicó que el Te Deum “quiere expandirse para dar voz a todos los corazones y rostros” que pasaron bajo las bóvedas del templo y por las calles de la ciudad.

Plenitud de los tiempos y designio

Al detenerse en la carta a los Gálatas, recordó la afirmación de san Pablo: “Cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer”.

A partir de esa cita, sostuvo que el misterio de Cristo se inserta en un gran designio sobre la historia humana. Lo definió como un designio “misterioso, pero con un centro claro”, comparándolo con “una alta montaña iluminada por el sol en medio de un espeso bosque: la plenitud de los tiempos”.

Precisó que el término “designio” también aparece en el himno de la carta a los Efesios, donde se menciona el proyecto de Dios de “recapitular en Cristo todas las cosas”.

Frente a las incertidumbres actuales, expresó la necesidad de un designio “sabio, benévolo y misericordioso”, además de “libre y liberador, pacífico y fiel”. Lo vinculó con el Magníficat: “De generación en generación, su misericordia se extiende sobre los que le temen”.

Gratitud por el Jubileo y Roma

En el tramo final, dio gracias “por el don del Jubileo” y por quienes, a lo largo de 2025, prestaron servicio a los peregrinos y trabajaron para hacer Roma más acogedora.

Retomando un deseo del Papa Francisco, pidió que la ciudad, “animada por la esperanza cristiana”, permanezca al servicio del designio de amor de Dios sobre la familia humana. Esa petición quedó confiada a la intercesión de la Santa Madre de Dios, Salus Populi Romani.