La cerámica japonesa reina de cualquier convite

Taza y plato de LoveÉcru.

Japón es la cuna de la artesanía más delicada y fina del mundo. Su actividad manual ha posibilitado que el gigante asiático tenga en sus manos uno de los patrimonios materiales más importantes. La cerámica y la porcelana son dos imprescindibles en los hogares japoneses, ya sea para su uso diario o para ocasiones especiales. 

La cerámica japonesa está elaborada por barro y arcilla y es gracias a su cocción posterior que consiguen dar formas inigualables y de gran belleza, que lejos de parecer simples platos o tazas son sin duda verdaderas obras de arte. La porcelana es un producto de mayor calidad y que se refleja no solo en su producción, sino también en su coste. Su manufactura está compuesta por el cuarzo, el feldespato y con una mezcla de arcilla que se aplica en su justa medida. El producto que se obtiene es más sólido y delgado.

Las piezas se suelen decorar con motivos florales o con carpas de colores. Las habilidades artísticas de la ciudadanía japonesa se reflejan en cualquiera de sus laboriosas producciones. El período Muromachi comprendido entre los siglos XIV y XV es considerado el más fructífero en este ámbito artesano. Coincidiendo con los ingleses, la hora del té en Japón es un momento popular y casi un rito sagrado. Las celebraciones y hogares japoneses cuentan con adornos y vajillas de ensueño hechas a mano. Las casas de cerámica más célebres son la casa Raku y la cerámica de Oribe

El aprecio por la cultura japonesa ha cautivado medio mundo. El valor de las piezas ha motivado que se coleccionen sus piezas por Europa y Estados Unidos. Además de incentivar que algunas marcas centroeuropeas quieran tener en primera línea productos artesanales del continente asiático. LoveÉcru es una tienda online que ofrece una amplia gama de objetos de cerámica cuidadosamente seleccionada por la influencer Peggy Chung (@Peggy_loves), amante de su tradición, que popularizó la cerámica de su tierra natal. 

A mediados del siglo XX, apareció un movimiento artístico nuevo, Mingei, que pretendía acercar la belleza de la porcelana a su uso cotidiano de la mano de autores desconocidos, también denominados como objetos con "belleza del uso". Entre sus más destacados precursores se encuentran los alfareros Hamada Shōji, Kawai Kanjirō y de origen británico, Bernard Leach.