viernes. 29.03.2024

El pasado domingo un vuelo aterrizaba en el aeropuerto de Heathrow, en Londres. Se trataba de uno de los últimos vuelos fleteados por el programa de evacuación que el Gobierno británico ha organizado desde Afganistán previos a la retirada de las tropas estadounidenses del país. En el vuelo no viajaban ni refugiados afganos ni diplomáticos británicos, sino que lo ocupaban un total de 100 perros y 70 gatos, según la BBC.

Se trata de animales procedentes del refugio de Nowzad, que fue creado por Pen Farthing, exmiembro de la Royal Marine, en Kabul. Farthing había creado una fuerte campaña desde que saltó la crisis internacional en Afganistán con la llegada de los talibanes. El Gobierno Británico le había negado la ayuda hace unas semanas, concretamente el ministro de Defensa, Ben Wallace, aseguraba que “no se daría prioridad a las mascotas frente a la gente”. Sin embargo, poco después añadía que quizás se les podría hacer “un hueco” en los aviones.

Fue su potente campaña en redes junto a la recaudación de fondos, lo que permitió a Farthing que los militares británicos le ayudaran a entrar en el aeropuerto de Kabul. Las 200 mascotas y varios kilos de comida y agua pasaron todos los controles. El avión salió de Kabul con Farthing y sus mascotas, pero el resto de los asientos vacíos, en la pista quedaron los 24 empleados afganos del refugio de Nozward, que tantos años han cuidado de los animales.

No solo a ellos, en tierra afgana también han quedado 150 ciudadanos británicos y unos 1.100 afganos que han trabajado estos últimos veinte años para el Reino Unido. Este polémico vuelo ha indignado a gran parte de la sociedad británicam sobre todo a los militares, que se encuentran muy decepcionados. El ex-soldado y ahora diputado conservador Ton Tungendhat se quedó mudo cuando un interprete le preguntó sobre este polémico vuelo: “¿Por qué la vida de mi hija de cinco años vale menos que la de su perro?”

Farthing confirmó en sus redes que había viajado con asientos vaciós, pero aseguró que se encontraba "muy preocupado por su personal y por todas las demás personas que sufren en Afganistán". La organización benéfica Nowzad publicó en sus redes sociales que había sido un "golpe devastador que su maravilloso equipo se hubiera quedado atrás".