El expresidente de la república francesa Nicolas Sarkozy ha sido condenado este lunes a tres años de cárcel, uno de ellos firme, por corrupción y tráfico de influencia. Tras esta sentencia, el exmandatario se convierte en el primer presidente de Francia condenado a una sentencia de prisión.
Hasta ahora, Sarkozy había negado cualquier indicio de delito del que se le acusaba, incluso afirmando que los fiscales financieros estaban haciendo una ‘caza de brujas’ contra él. Este lunes, la justicia francesa ha sentenciado que el expresidente utilizo su poder para conocer los cauces de una investigación y lo ha condenado por tráfico de influencias. Junto al exjefe del estado francés, han sido condenados el juez Gilbert Azibert, y el abogado Thierry Herzog, con las mismas penas de prisión que Sarkozy.
"Eran perfectamente conscientes del carácter fraudulento de sus acciones", han sido las palabras de la jueza Christine Mée cuando ha leído la sentencia del caso de corrupción de Nicolas Sarkozy.
El Tribunal Correccional de París ha concluido que la pena de prisión al exmandatario sea de tres años, dos de ellos están exentos de cumplimiento, mientras que el tercero podría convertirse en una detención domiciliaria o vigilancia mediante un brazalete electrónico. Los abogados de Sarkozy disponen de un plazo de diez días para recurrir el fallo.
Durante el 2007 y 2012, Nicolas Sarkozy fue presidente de la República de Francia y todavía era considerado uno de los grandes referentes de la derecha francesa, incluso se había especulado con una posible candidatura en las próximas elecciones, algo que después de la sentencia queda descartado por completo.