Navidad: el Papa llama a no olvidar las tiendas de Gaza ante el frío

Archivo - El Papa León XIV

La misa de Navidad celebrada en la Basílica de San Pedro ha puesto el foco en el dolor de quienes viven la guerra, el desplazamiento y la falta de hogar.

Durante la homilía, el Papa León XIV ha pedido no apartar la mirada del sufrimiento en Gaza, con una mención especial a los niños, y ha extendido esa preocupación a los desplazados y refugiados de todos los continentes.

El mensaje ha insistido en que la paz no es una idea lejana, sino un comienzo que exige atención y respuesta: cuando la fragilidad ajena atraviesa el corazón y rompe certezas rígidas, la paz ya ha empezado.

  1. Gaza, desplazamiento y fragilidad humana
  2. Iglesia misionera y camino de diálogo

Gaza, desplazamiento y fragilidad humana

León XIV ha recordado este jueves el sufrimiento de la población de Gaza, subrayando de forma particular la situación de los niños, en el marco de la homilía de la misa de Navidad.

El pontífice ha planteado una pregunta directa para evitar la indiferencia: cómo no pensar en las tiendas de Gaza, expuestas desde hace semanas a la lluvia, al viento y al frío, y también en las de tantos otros desplazados y refugiados en cada continente, además de los refugios improvisados de miles de personas sin hogar en las ciudades.

La celebración matutina de Navidad en San Pedro ha convertido a León XIV en el primer Papa en oficiarla desde Juan Pablo II, hace más de treinta años.

En su homilía, el Santo Padre ha insistido en que “ha amanecido un nuevo día” y en que también se forma parte de ese inicio, aunque todavía pocos lo crean: la paz es real y ya está entre vosotros.

También ha señalado la fragilidad de la carne humana en quienes padecen la guerra y en los jóvenes obligados a empuñar armas, que en el frente perciben la insensatez de lo que se les exige y las falsedades de los discursos pomposos de quienes los envían a la muerte.

En esa misma línea, ha añadido que frágil es la carne de las poblaciones indefensas, marcadas por tantas guerras en curso o ya terminadas, que dejan escombros y heridas abiertas.

Según el Papa, es cuando la fragilidad de los demás entra en el corazón y su dolor rompe certezas rígidas cuando la paz, de verdad, ya ha comenzado.

En este contexto, ha afirmado que la Navidad da un impulso renovado a la Iglesia misionera, animándola a recorrer los caminos trazados por la Palabra de Dios.

Ese es, según ha dicho, el camino de la misión: un camino hacia los demás. En Dios, cada palabra es una palabra dirigida, una invitación a la conversación, una palabra que no se encierra en sí misma.

León XIV ha vinculado esta orientación con la renovación promovida por el Concilio Vaticano II, indicando que solo dará fruto si se camina junto a toda la humanidad.

Por último, ha descrito el movimiento de la Encarnación como una dinámica de conversación y ha señalado que habrá paz cuando se interrumpan los monólogos y, enriquecidos por la escucha, se dobleguen las rodillas ante la humanidad del otro.