sábado. 27.04.2024

Los cuatro hombres armados se dirigieron tranquilamente hacia los detectores de metales del Crocus City Hall, disparando sus armas automáticas a bocajarro en ráfagas cortas contra civiles aterrorizados que cayeron gritando bajo una lluvia de balas.

Cerca de allí, una testigo llamada Natalya acababa de quitarse el abrigo y hacía cola en la entrada interior de la sala de conciertos, con capacidad para 6.200 personas, a las afueras de Moscú, donde el grupo de rock de la era soviética Picniciba a interpretar su éxito Afraid of Nothing.

"Los disparos vinieron de detrás de nosotros", ha detallado a Reuters Natalya, que ha pedido que no se utilice su apellido. Ella estaba a punto de entrar en el patio de butacas. "Fue fuerte, como una explosión de petardos o fuegos artificiales, pero como un estallido automático. Lo oí justo detrás de mí, no muy lejos", ha relatado Natalya.

Entonces Natalya corrió por su vida. "Todo el mundo gritaba, todo el mundo corría". Corrió hasta la estación de metro más cercana en medio de la fría noche moscovita, sin abrigo, y escapó. "Experimenté emociones terribles. Es simplemente una pesadilla", detalla la mujer.

El peor atentado desde el asedio a la escuela de Beslán

Reuters ha podido reconstruir parte de lo ocurrido en la sala de conciertos a partir de entrevistas con testigos, imágenes de vídeo del lugar de los hechos y testimonios oficiales rusos e informes de los medios de comunicación.

Más de 130 personas han muerto y decenas más han resultado heridas en el atentado más mortífero en Rusia desde el asedio a la escuela de Beslán en 2004. El Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado este viernes por la noche.

El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha confirmado que 11 personas, entre ellas los cuatro presuntos atacantes, habían sido detenidas en la región de Briansk, a unos 340 km al suroeste de Moscú, cuando se dirigían a la frontera por la que esperaban escapar a Ucrania. Kiev ha negado cualquier implicación en ese ataque.

Los disparos resonaban en todo Crocus City Hall

Los hombres, vestidos de camuflaje y con chalecos de combate que contenían decenas de cargadores de repuesto, llegaron al Crocus City Hall hacia las 19.40 horas en un monovolumen, saltaron por la puerta trasera y se dirigieron hacia la entrada con sus armas, según los testigos.

Dispararon directamente a través de las puertas de cristal de la entrada principal, atentando contra cualquiera que se cruzara en su camino. Decenas de cadáveres, algunos en charcos de sangre, yacían inmóviles en los suelos de mármol y en la entrada principal.

Algunas personas rompieron las ventanas reforzadas y cerraron las salidas con las manos mientras los disparos resonaban en la sala, de 14 años de antigüedad y situada a solo 20 kilómetros al oeste del Kremlin.

Tras disparar a la gente en la entrada, los hombres entraron en la sala justo cuando cientos de personas ocupaban sus asientos para el concierto, para el que se habían agotado las entradas.

"Algunos pensaron que se trataba de algún tipo de efecto especial", ha declarado a Reuters una testigo, Anastasia Rodionova. "Luego vi con mis propios ojos cómo caía la gente y comenzaban los disparos de armas automáticas".

"Tu instinto de supervivencia entra en acción, tus ojos se abren de par en par, ¿a dónde puedo correr? Entonces alguien nos gritó: levantaos, no os tumbéis o nos dispararán a todos ahora mismo". Según Rodionova, algunos hombres lograron derribar una puerta que daba a la calle y escaparon.

Los altavoces comenzaron a anunciar la cancelación del concierto por "razones técnicas" y pidieron a los asistentes que abandonaran la sala.

Cientos de intentos de escapar

Un vídeo verificado mostró a la gente corriendo hacia las salidas mientras los repetidos disparos resonaban por encima de los gritos. Los atacantes recorrieron la sala de conciertos apuntando y luego disparando contra los civiles con ráfagas controladas.

"Empezaron a dispararnos. Me caí al suelo", ha contado a BRIEF una mujer herida desde la cama de un hospital de Moscú. Se arrastró hacia las salidas. "Mataron a una chica que estaba a mi lado".

Algunas corrieron para escapar de los hombres. Otras se escondieron tras los asientos de color granate. Una mujer ha contado que le dijo a su amiga que se tumbara detrás de los asientos mientras los disparos se hacían cada vez más fuertes.

Los investigadores rusos han explicado que los hombres empezaron a prender fuego al edificio. Algunos testigos han confirmado que vertieron algún tipo de líquido sobre los asientos y las cortinas en varios lugares antes de prenderlo fuego.

Los testigos han narrado que saltaron por encima del fuego, algunos con la ropa derretida, para escapar de las llamas, que se extendieron rápidamente por una superficie de 12.900 metros cuadrados, enviando llamas y una columna de humo negro al cielo nocturno.

"Estaban disparando. Estábamos en la esquina más alejada", ha dicho Andrei, uno de los testigos, a Reuters en el lugar de los hechos. "Bajamos por las escaleras de incendios hacia la parte de atrás".

El techo se derrumbó y cientos de bomberos lucharon durante horas para contener las llamas, que destruyeron toda la sala. Todo lo que quedó fueron las vigas de soporte de hierro carbonizadas y los armazones de acero de cientos de asientos.

El canal Baza, conocido por sus estrechos contactos con los servicios especiales rusos, ha informado de que se habían encontrado 14 cadáveres en las escaleras de evacuación y 28 en uno de los aseos. Además, se encontraron cadáveres de familias enteras, madres muertas abrazando a sus hijos muertos.

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