Feijóo y Guardiola aspiran a liderar la cámara y contener la influencia de Vox
Las elecciones autonómicas en Extremadura, previstas para el próximo 21 de diciembre, se perfilan como un punto crucial en el tablero político nacional. El Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo, junto con la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, trazan una estrategia centrada en consolidar su liderazgo en la región y lograr una representación parlamentaria que supere de forma clara a la suma de los partidos de izquierda. La dirección nacional del PP ha manifestado su intención de minimizar la dependencia de Vox en la próxima legislatura, apostando por captar el respaldo de votantes desencantados con el PSOE.
Tras los ajustados resultados de las autonómicas de mayo de 2023, en las que el PSOE liderado entonces por Guillermo Fernández Vara logró 28 escaños y el PP otros 28, la formación popular busca revertir la situación y coronarse como la primera fuerza. En aquel contexto, Vox obtuvo cinco diputados y se situó como fuerza clave en un escenario parlamentario fragmentado. Ahora, las encuestas apuntan a un posible crecimiento de Vox hasta los 10 o 12 escaños, aunque desde el PP confían en que la gobernabilidad no dependa de un acuerdo expreso con la formación de Santiago Abascal.
- Estrategia del PP en Extremadura
- Cambios en el calendario electoral y factores clave
- La campaña y el papel de los líderes nacionales
- Temas determinantes en la contienda
Estrategia del PP en Extremadura
La campaña del Partido Popular en la región ha desplegado a Alberto Núñez Feijóo y a María Guardiola en una agenda marcada por numerosos actos y recorridos en distintos municipios extremeños. Feijóo ha iniciado la campaña con visitas a seis localidades en tan solo dos días y se prevé su regreso durante la próxima semana para participar en eventos conjuntos y actos sectoriales. El mitin central está programado para el sábado 13, justo en la mitad de la campaña electoral, con el objetivo de reforzar la presencia del PP en el territorio.
Fuentes del partido han recordado que, históricamente, el Partido Popular solo ha alcanzado la victoria en Extremadura en una ocasión, en 2011, cuando la abstención de Izquierda Unida facilitó el gobierno de José Antonio Monago después de conseguir 32 escaños frente a los 30 del PSOE. La meta actual es superar en diputados a la totalidad de la izquierda y depender únicamente de la abstención de Vox, sin necesidad de su apoyo explícito para una investidura.
El enfoque también se dirige hacia la captación de votos de antiguos simpatizantes socialistas, aprovechando la desafección generada en el seno del electorado del PSOE tras los últimos escándalos y circunstancias políticas que han afectado al Gobierno central.
Cambios en el calendario electoral y factores clave
Las elecciones extremeñas se consideran la primera gran cita en el nuevo ciclo político nacional, un termómetro que podría adelantar tendencias de cara a próximos comicios, como los de Castilla y León en marzo de 2026 y los andaluces previstos antes de finalizar junio del mismo año.
Entre los factores que incidirán en el desarrollo de la campaña destaca el papel de Vox, cuyo candidato, Óscar Fernández, permanece poco conocido entre el electorado regional. La intensa presencia de su líder nacional, Santiago Abascal, tiene como objetivo elevar el perfil del aspirante de la formación en Extremadura. Por parte del PSOE, el liderazgo de Miguel Ángel Gallardo se ve condicionado por la situación procesal. La Audiencia de Badajoz ha aplazado hasta mayo el juicio contra el hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como contra el propio Gallardo, acusado de presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias.
La campaña y el papel de los líderes nacionales
El contexto político nacional se ha trasladado de manera directa a la agenda regional. Tanto Pedro Sánchez como Santiago Abascal han intensificado su implicación en la campaña, con el objetivo de reforzar sus respectivas marcas y respaldar a sus candidatos. En el caso del PSOE, la notoriedad del candidato es percibida como un factor doble: ampliamente conocido pero vinculado a causas judiciales, mientras que en el caso de Vox, el escaso conocimiento público de Óscar Fernández motiva la participación activa del liderazgo nacional.
El Partido Popular apuesta por el perfil gestor de María Guardiola y por desvincular su proyecto del acuerdo con Vox, presentándose ante el electorado como una alternativa centrada en la gestión y la estabilidad institucional. Parte de la estrategia consiste en destacar las diferencias entre la gestión regional y la política nacional, así como en poner énfasis en la denominada “pinza” entre PSOE y Vox como elemento limitante para el desarrollo de la comunidad.
Temas determinantes en la contienda
Diversos asuntos de actualidad constituyen los ejes de la campaña electoral. El Partido Popular ha puesto el foco en cuestiones como el ‘caso Salazar’, las políticas de igualdad, los fallos en la aplicación de las pulseras antimaltrato y los efectos de la ley del ‘sí es sí’. El electorado femenino y sus preocupaciones aparecen en el centro de la estrategia de los populares, que buscan contraponer su propuesta al balance del PSOE en materia de violencia de género y gestión social.
Además, el futuro de la central nuclear de Almaraz, en Cáceres, constituye un elemento central del debate en la región. La postura mantenida por el Gobierno central y por el líder socialista regional, relativa al cierre de la instalación, ha sido objeto de duras críticas por parte del PP, que incide en las consecuencias económicas y laborales de la clausura.
Otro de los argumentos recurrentes durante la campaña es la denuncia de supuestos “enchufes” en la administración, como el caso del hermano de Pedro Sánchez en la Diputación de Badajoz, lo que suma una nueva arista a un proceso electoral en el que la gestión y la transparencia emergen como factores decisivos. En este entorno, el resultado de las elecciones en Extremadura ofrecerá una primera lectura del rumbo que podrían adoptar los procesos electorales venideros en España.