miércoles. 17.04.2024

Henryk Deneen nació a las 33 semanas de embarazo con un defecto congénito llamado atresia esofágica, que se define como la falta de una pérdida del esófago. Con tan solo un día de vida, los médicos tuvieron que insertarle un tubo para que pudiera alimentarse. 

Los médicos del Hospital de Niños de Montreal (MCH), en Canadá, han conseguido unir con éxito las dos partes del esófago mediante imanes. Es una técnica innovadora que podría revolucionar la pediatría tal y como se conoce hasta el momento. 

En algunos casos se puede intentar unir la porción inferior y superior quirúrgicamente. En casos raros, se puede intentar alargar las dos partes y unirlas, pero hay que esperar a que el bebé cumpla los tres meses, el defecto se llama "atresia de espacio largo". Sin embargo, para Henryk ninguna de estas dos opciones era válida, ya que el espacio que faltaba en su esófago era demasiado grande como para intentar estirarlo. Así que el equipo médico del MCH ideó un procedimiento híbrido que hasta el momento no se había utilizado. Entrarían quirúrgicamente en el vientre del pequeño, moverían una parte de su estómago hacia el pecho y luego colocarían dos imanes en un intento de estirar los extremos de los órganos hacia cada uno otro. Además, crearon un stent (tubo) para ayudarle a comer. 

Médicos italianos ya habían creado un stent que se comercializaba en Canadá, pero no se había utilizado. Tras consultar con los médicos de Italia, los del MCH comenzaron a crear su propia versión utilizando las mismas técnicas. El stent mantuvo abierto el esófago recién adherido mientras cicatrizaba, pero los médico tuvieron que agrandarlo por etapas desde un orificio hasta que pudiera pasar la leche. 

"La idea es que si tiene un espacio demasiado amplio, coloque imanes en cada extremo y deje que estiren el tejido y lo atraigan hasta que finalmente se opongan y unan el tejido", explicó el director de cirugía pediátrica del MCH, el Dr. Sherif Emil a CTV.

 

Tras la operación

La cirugía de alto riesgo duró 10 horas y hasta una semana después no pudieron ver que los imanes estaban funcionando. Deneen ahora tiene dos años y puede comer de manera funcional. “Es un milagro para mí”, dijo Joy, madre del pequeño a CTV National News. "No era posible que pudiera comer por la boca; el hecho de que pudiera comer un poco de tarta de cumpleaños fue absolutamente increíble".

La técnica utilizada se ha denominado como “Flourish”. Médicos de todo el mundo se están poniendo en contacto con el equipo del MCH para poder ayudar a otros niños en sus países. En cuanto a la familia de Deneen, celebran cada pequeño paso y mejora, recordando aquellos días que creyeron que no sería capaz. 

Consiguen, mediante imanes, recolocar el esófago de un bebé recién nacido en Canadá