La convivencia con perros influye en el bienestar mental adolescente

Mujer junto a su mascota.

La relación entre los perros y la salud humana ha despertado un renovado interés tras los resultados de un estudio publicado en la revista iScience, que señala cómo la convivencia con estos animales altera de forma significativa la comunidad de microbios que viven dentro y fuera de nuestro cuerpo. Estas modificaciones, según los investigadores, contribuyen directamente a la mejora del bienestar mental, un efecto que se ha identificado especialmente entre los adolescentes.

El hallazgo refuerza la idea de que los animales de compañía van más allá de su papel tradicional de compañía, impulsando profundas interacciones biológicas que pueden impactar en la mente. La aparición de nuevas evidencias científicas refuerza la importancia de considerar el entorno biológico completo que nos rodea al abordar la salud integral, en especial durante etapas tan críticas como la adolescencia.

Los efectos de criar perros en la salud mental adolescente están bajo la lupa de los expertos, que instan a prestar atención a estos vínculos transversales entre humanos y animales para potenciar el bienestar emocional de las nuevas generaciones.

  1. Cambiar el microbioma para potenciar la mente
    • Beneficios sociales y microbianos en adolescentes con perro

      Cambiar el microbioma para potenciar la mente

      Las investigaciones dirigidas por Takefumi Kikusui, de la Universidad de Azabu en Japón, han demostrado que la crianza de perros aporta ventajas, especialmente en jóvenes. Según afirma el investigador, “la crianza de perros tiene efectos beneficiosos, especialmente para los adolescentes, y estos efectos pueden estar mediados por la simbiosis con microorganismos”. El equipo de Kikusui ya había identificado en el pasado que el contacto continuo con perros desde la infancia incrementa la percepción de apoyo social y compañía, factores fundamentales para el desarrollo personal.

      El nuevo estudio explora si parte de los beneficios observados pueden estar asociados a alteraciones en el microbioma humano derivadas de la convivencia con perros. Investigaciones previas ya habían detectado una mayor diversidad bacteriana en la microbiota intestinal de personas propietarias de perros, y el objetivo fue determinar si este fenómeno se correlaciona también con un mejor estado de salud mental en adolescentes.

      Para responder a esta cuestión, los investigadores analizaron muestras de microbioma bucal en adolescentes con y sin perro en casa. Aunque la diversidad y riqueza de especies resultó similar en ambos grupos tras la secuenciación, lo relevante fue la aparición de diferencias en la composición del microbioma. Estos cambios apuntan a una influencia indirecta del animal en la presencia de determinadas bacterias bucales que podrían estar conectadas con diferencias en las puntuaciones psicológicas de los adolescentes.

      La investigación incluye además experimentos con ratones de laboratorio, a los que se les proporcionó microbiota de adolescentes dueños de perros para analizar su impacto en la conducta social. Fue así como se observaron cambios notables en el comportamiento: los ratones expuestos a la microbiota de los jóvenes con perro pasaron más tiempo interactuando con sus compañeros de jaula y mostraron actitudes más prosociales, especialmente hacia compañeros atrapados, una referencia habitual para evaluar empatía animal.

      Beneficios sociales y microbianos en adolescentes con perro

      Uno de los datos más reveladores del estudio es el que vincula de manera directa la tenencia de perro a los 13 años con mejores indicadores de salud mental y comportamiento. Los investigadores constataron que los adolescentes con un perro en casa presentaban niveles significativamente menores de problemas sociales respecto a los jóvenes sin mascota en el hogar.

      Este vínculo parece respaldarse en la identificación de bacterias específicas asociadas a comportamientos prosociales y empáticos dentro del microbioma de los adolescentes que conviven con perros. Takefumi Kikusui enfatiza la importancia de este hallazgo al declarar que, “el hallazgo más interesante de este estudio es que se descubrieron bacterias que promueven la prosocialidad, o empatía, en los microbiomas de adolescentes que tienen perros”. Esta interacción puede aportar una sensación de seguridad que refuerza beneficios psicológicos y vínculos sociales profundos entre jóvenes y sus mascotas.

      Si bien los autores señalan la necesidad de realizar nuevos trabajos para entender completamente este fenómeno, los datos sugieren que la convivencia con perros podría ser un factor determinante en la configuración microbiana y emocional de los adolescentes. Para los investigadores, estos efectos positivos son el resultado de miles de años de coexistencia entre humanos y perros, reflejando una simbiosis favorable tanto para la salud mental como para el comportamiento prosocial y la empatía.