lunes. 13.05.2024

Las personas que realizaban más de una hora diaria de ejercicio moderado o intenso tenían un 74% menos de probabilidades de ser diagnosticadas de diabetes que las sedentarias.

La protección se aplicó incluso a pacientes genéticamente predispuestos cuando la enfermedad es hereditaria. De hecho, su susceptibilidad descendía más que la de los individuos con bajo riesgo genético que permanecían inactivos.

"Las personas no pueden controlar su riesgo genético ni sus antecedentes familiares", afirma la autora principal del estudio, la profesora Melody Ding, de la Universidad de Sídney. "Pero este hallazgo aporta noticias prometedoras y positivas de que, mediante un estilo de vida activo, se puede combatir gran parte del riesgo excesivo de diabetes tipo 2".

El equipo australiano realizó un seguimiento de 59.325 adultos a partir del Biobanco del Reino Unido, una base de datos que contiene información detallada sobre los genes y la salud de alrededor de medio millón de británicos.

Al principio, los participantes llevaban acelerómetros en la muñeca y después se les hizo un seguimiento de hasta siete años.

Es el primer estudio que demuestra que el riesgo genético de diabetes de tipo 2, ligado a estilos de vida poco saludables, puede contrarrestarse con ejercicio.

La actividad física de intensidad moderada describe movimientos que le hacen sudar y quedarse ligeramente sin aliento, como caminar a paso ligero o trabajar en el jardín. Ejemplos de actividad física de intensidad vigorosa son correr, bailar aeróbicamente, ir en bicicleta cuesta arriba o a ritmo rápido y la jardinería pesada, como cavar; todas ellas actividades que le dejan sin aliento o le hacen respirar con dificultad.

Al padre del profesor Ding, de unos sesenta años, le diagnosticaron hace poco diabetes, que se ha convertido en una de las diez principales causas de muerte en el mundo debido a la crisis de obesidad.

"Así que el resultado del estudio es muy alentador para mi familia y para mí", afirma. "Como persona ya activa, ahora tengo una motivación extra para mantener este estilo de vida activo.

Los investigadores afirman que el estudio demuestra que debería promoverse un mayor nivel de actividad física como estrategia principal de prevención.

El estudio también descubrió que las personas con una elevada puntuación de riesgo genético tenían 2,4 veces más probabilidades de desarrollarla si no hacían ejercicio.

"Si tiene antecedentes familiares de diabetes de tipo 2, o incluso si no los tiene, hoy es el día de empezar a ser físicamente activo", afirma Susan Luo, autora principal del trabajo publicado en la revista British Journal of Sports Medicine.

Bailar o caminar reduce el riesgo de diabetes en un 74%