domingo. 19.05.2024

La alavesa Txus Agirrezabal fue diagnosticada con cáncer de mama en 2006 mientras disfrutaba de unas vacaciones familiares en Segovia durante el puente de San Prudencio. Alarmada por dolores intensos, buscó atención médica de inmediato, lo que confirmó sus temores y la llevó a someterse a una cirugía poco después.

A pesar de las secuelas y de la necesidad de un marcapasos debido al tratamiento, Txus tiene claro que “no te puedes quedar de brazos cruzados, lamentándote”. 

Recientemente, participó en un curso de tiro con arco junto a otras diez mujeres afectadas por cáncer de mama y/o ginecológico de Álava, organizado por la Asociación Asamma. “Las vibraciones de baja intensidad que provoca el arco al soltar la cuerda ayudan a evitar la inflamación por linfedema”, explica el instructor José Gallardo. Las participantes utilizan unos "arcos blandos que son los más idóneos para sus circunstancias”, puntualiza Gallardo

A pesar de la reticencia inicial debido a la falta de fuerza muscular, Txus y otras nueve mujeres se animaron a participar en el curso de tiro con arco. Equipadas con protecciones adecuadas, han pasado tres meses practicando este deporte dos días a la semana, y muchas planean seguir haciéndolo en el futuro. 

Un grupo de ex-pacientes de cáncer de mama practican tiro con arco como terapia