Un perro en casa ayuda a que adolescentes se sientan mejor y más sanos
Los perros de familia mejoran la salud mental de los niños al modificar los microbios que viven en sus cuerpos, según un nuevo estudio.
Investigadores descubrieron que las mascotas provocan cambios en el microbioma humano, el conjunto de todos los microorganismos, incluidas bacterias, hongos y virus, que habitan el cuerpo humano.
Cientos de estudios han demostrado, de forma directa e indirecta, que esta comunidad de microbios juega un papel crucial en la salud, la inmunidad, la digestión, la fertilidad y el bienestar emocional.
La composición del microbioma de una persona es única y puede variar según factores como la alimentación, la medicación y las exposiciones ambientales.
- Diferencias en el microbioma de los dueños de perros
- Efectos en el apoyo social
- Explorando el vínculo entre perros y microbioma
- Propiedades psicológicas y sociales
- Implicaciones y beneficios de la convivencia
Diferencias en el microbioma de los dueños de perros
Otros estudios han demostrado que los propietarios de perros presentan diferencias en sus microbiomas intestinales, incluida una mayor diversidad microbiana, en comparación con personas que no tienen perro.
En un nuevo artículo, el autor principal, el Profesor Takefumi Kikusui, de la Universidad de Azabu en Japón, y su equipo encontraron que jóvenes que crecen con un perro desde pequeños y continúan teniendo perros más adelante en la vida obtienen puntuaciones más altas en medidas de compañía y apoyo social.
Efectos en el apoyo social
Estos efectos, según Kikusui, podrían estar mediados a través de la simbiosis con microorganismos.
En el nuevo estudio, publicado en la revista iScience, el equipo de investigación se propuso explorar si algunos de los efectos beneficiosos de los perros en la salud mental de los adolescentes podrían estar relacionados con estas diferencias en el microbioma.
Explorando el vínculo entre perros y microbioma
“Los niños adolescentes que tienen perros muestran un mayor bienestar mental, y también descubrimos que tener perro altera la microbiota intestinal”, explicó el profesor Kikusui. “Dado que la microbiota intestinal influye en el comportamiento a través del eje intestino-cerebro, realizamos este experimento.”
El equipo japonés encontró que el hecho de tener perro a los 13 años predecía las puntuaciones de salud mental y comportamiento. Los problemas sociales fueron “significativamente” menores en adolescentes con perro en casa, en comparación con aquellos que no tenían.
Propiedades psicológicas y sociales
A continuación, analizaron muestras del microbioma recogidas de la boca.
Tras secuenciar los microbios, los investigadores observaron una diversidad y riqueza de especies similares entre ambos grupos de adolescentes. Sin embargo, la composición del microbioma mostraba diferencias, lo que sugiere que tener perro modificaba las abundancias de bacterias orales específicas.
Se planteó la hipótesis de que algunas bacterias podrían correlacionarse con las puntuaciones psicológicas de los adolescentes.
Para poner a prueba la teoría, los científicos trataron ratones de laboratorio con microbiota procedente de adolescentes dueños de perros, para observar si y cómo afectaba a su comportamiento social. Los ratones con el microbioma de los adolescentes dueños de perros pasaron más tiempo olfateando a sus compañeros de jaula.
Implicaciones y beneficios de la convivencia
Los animales también mostraron un mayor acercamiento social hacia un compañero atrapado, una prueba conductual estándar empleada para medir el comportamiento prosocial en ratones.
“El hallazgo más interesante de este estudio es que se descubrieron bacterias que promueven la pro-socialidad, o empatía, en los microbiomas de adolescentes que tienen perro”, afirmó Kikusui.
“La implicación es que los beneficios de tener perro incluyen una sensación de seguridad a través de la interacción, pero también creo que tiene valor por su potencial para modificar la comunidad microbiana simbiótica.”
Kikusui señaló que los resultados sugieren que un perro de familia puede cambiar el microbioma de formas que favorecen la salud mental, la empatía y el comportamiento prosocial.
“Los beneficios de vivir con perros probablemente sean el resultado de decenas de miles de años de coexistencia entre humanos y canes.”