viernes. 29.03.2024

Expertos de Recurra-GINSO han advertido, en el marco del Día Mundial de los Videojuegos, de que los menores de 10 años están consumiendo contenido inapropiado a través de los videojuegos y han denunciado que el acceso a estos productos es cada vez más temprano.

La entidad ha señalado que, si bien los videojuegos han demostrado ser una herramienta de apoyo en el desarrollo cognitivo de niños y adolescentes, ayudando a mejorar su tolerancia a la frustración e incentivando las relaciones sociales con otros jóvenes; su uso inapropiado puede impactar en el desarrollo normal de la persona a edades tempranas, alterando además su rutina y limitando las horas de sueño, la higiene, las actividades deportivas o las relaciones familiares y sociales.

Los expertos de Recurra-GINSO han explicado que, en la actualidad, más del 75% de los consumidores de videojuegos tienen edades comprendidas entre los seis y catorce años y, a su juicio, esta situación ha provocado que los jóvenes establezcan relaciones sociales online y estén expuestos a contenidos explícitos o inadecuados antes.

Por ello, ven necesario que los menores estén supervisados por sus padres para asegurar un uso responsable de los videojuegos y obtener beneficios del tiempo que dedican a su consumo.

"Cuando no existe control parental, los videojuegos pueden convertirse en una herramienta muy dañina para el desarrollo de las capacidades tanto personales como sociales en niños y adolescentes", ha explicado Jesús Villanueva, subdirector de la clínica Recurra-GINSO.

Estos expertos han apuntado que, entre los riesgos más comunes que presentan los videojuegos son el contacto directo con desconocidos de cualquier edad y origen, que en algunos casos puede llevar al grooming; el ciberacoso; o el aislamiento. En este sentido, han señalado que, aunque los juegos en línea requieren de interacción con otros usuarios, fomentan que los jugadores no establezcan relaciones de calidad, ni conversaciones empáticas.

Otro problema del que advierte este estudio, es del uso de videojuegos no aptos para su edad. Así, denuncia que cada vez es más frecuente que usuarios menores de diez años jueguen con videojuegos destinados a un público mayor de dieciocho.

Según ha señalado Villanueva, "actualmente los padres no comprueban los códigos" europeos que determinan para qué edades es apropiado cada producto. "Incluso desconocen el significado de cada uno de ellos", ha lamentado.

En este sentido, ha señalado que "es muy importante que los padres utilicen los códigos como guía y apoyo para supervisar correctamente los videojuegos de sus hijos y que impidan que estos jueguen con contenido inadecuado para su edad y madurez".

"Para hacer un buen uso de los videojuegos es fundamental que los padres ejerzan un control parental físico y técnico. El control físico consiste en la supervisión y acompañamiento de los hijos, de manera que se regulen los horarios y espacios donde juega el menor y se supervisen los contenidos y relaciones que se establecen en la plataforma, y el control técnico es una herramienta indispensable que deberían incluir todos los videojuegos para fomentar una utilización adecuada y regular las horas de uso, las relaciones sociales y los contenidos a los que están expuestos los usuarios menores de edad", ha concluido Villanueva.

Menores de diez años consumen contenido inapropiado a través de videojuegos