Dormir mal entre semana dispara tu glucosa: cuidado aunque descanses el sábado

¿Crees que dormir poco durante la semana puede compensarse con largas horas de sueño el fin de semana? Un nuevo estudio liderado por el equipo de NUS Medicine (Universidad Nacional de Singapur) advierte que esa estrategia podría fallar gravemente. Incluso con más sueño los sábados y domingos, la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa permanece alterada y el riesgo de diabetes tipo 2 se eleva.

La investigación apunta directamente a aquellos que sacrifican horas de descanso entre semana creyendo que pueden recuperarlas después. Los resultados, recién publicados en la revista 'Sleep', remarcan que la constancia y la duración del sueño son claves para cuidar el metabolismo de la glucosa y evitar futuros problemas de salud. Si quieres mantener el control glucémico, rechaza la tentación de trasnochar de lunes a viernes pensando en que todo se equilibra el domingo.

  1. El experimento que alerta sobre el sueño corto
  2. El impacto real en la tolerancia a la glucosa
  3. La regularidad del sueño bajo la lupa

El experimento que alerta sobre el sueño corto

El equipo liderado por la profesora adjunta June Chi-Yan Lo, desde el Centro de Sueño y Cognición de NUS Medicine, junto al profesor Khoo Chin Meng, puso a prueba a 48 adultos jóvenes, todos sanos y de entre 21 y 35 años. El objetivo: descubrir cómo los patrones de sueño —tanto en la duración como en la regularidad— afectan el procesamiento de la glucosa.

Durante dos noches, los voluntarios disfrutaron de un sueño óptimo. Después, se dividieron en tres grupos con horarios diferentes durante dos semanas: uno mantuvo seis horas de sueño por noche de lunes a viernes y recuperaba hasta ocho horas los fines de semana; otro variaba entre cuatro y ocho horas por noche entre semana, pero también recuperaba el fin de semana; y un último grupo de control, que descansó ocho horas completas cada noche, sin alterar su rutina.

Las comidas fueron personalizadas para asegurar un aporte calórico y nutricional idéntico para todos. En la fase final de cada ciclo semanal, se practicó una prueba de tolerancia a la glucosa oral (PTGO) para valorar los niveles de glucosa e insulina tras cada régimen de sueño.

El impacto real en la tolerancia a la glucosa

Las conclusiones son claras: ni dos noches de sueño abundante revertieron los daños en la tolerancia a la glucosa causados durante la semana. Los participantes que durmieron seis horas cada día laborable registraron signos evidentes de resistencia a la insulina. Sus organismos intentaban compensar la glucemia elevada incrementando la producción de insulina, pero los niveles de glucosa seguían por encima de los parámetros saludables frente a los de quienes mantenían un patrón de descanso constante.

El grupo que alternó largas y cortas jornadas de sueño experimentó efectos aún más preocupantes: un aumento más notorio en los niveles de glucosa y sin incremento compensatorio de insulina, señal de que la producción pancreática puede estar comenzando a resentirse.

En contraste, quienes se mantuvieron firmes en las ocho horas diarias de descanso no presentaron cambios relevantes en su metabolismo de la glucosa a lo largo de todo el estudio.

La regularidad del sueño bajo la lupa

Mucha gente cree que dormir el fin de semana puede ‘reiniciarse’, pero nuestros hallazgos muestran que recuperar el sueño durante el fin de semana podría no prevenir los aumentos en los niveles de glucosa en sangre inducidos por la posterior reducción del sueño entre semana”, alerta la profesora June Chi-Yan Lo. Tanto la cantidad como la flexibilidad en los horarios resultan elementos determinantes.

¿El mensaje para la salud pública? Según los expertos de NUS Medicine, dormir poco de forma regular, o hacerlo con horarios irregulares, incrementa el riesgo de diabetes tipo 2. Comprender cómo los patrones de sueño afectan la regulación metabólica puede allanar el camino para tratamientos más completos en quienes presentan factores de riesgo.

Los investigadores subrayan la necesidad de futuras investigaciones para analizar el impacto en otros grupos demográficos, así como en pacientes con antecedentes de problemas metabólicos. Por ahora, la recomendación es contundente: ninguna cantidad de sueño extra en el fin de semana combate los efectos negativos del déficit acumulado entre semana. Mantener un horario regular y suficiente es la clave para proteger la salud metabólica.