Vacunación contra la gripe: la mejor protección frente a complicaciones graves
Comité de Expertos en Vacunas de la Sociedad Española de Inmunología.
L. Alsina, Y. Barrios, J. Carrillo, M. Del Val, N. Egri, A.González-Fernández,
J. Gomez- Rial, S. Iborra, M. López-Hoyos, M. Muro-Amador, ME Seone-Reula, S. Sánchez-Ramón.
Fecha: 3 de diciembre de 2025. La vacunación anual contra la gripe es una intervención preventiva eficaz que reduce de forma significativa el riesgo de hospitalización, complicaciones graves y muerte (1-2), especialmente en:
- Adultos mayores
- Niños y adultos con enfermedades crónicas
- Niños y adultos inmunodeprimidos
- Embarazadas
Además, disminuye el ausentismo escolar y laboral, y contribuye a la protección comunitaria, reduciendo la transmisión del virus.
La campaña de vacunación frente a la gripe del año en curso tiene tres objetivos principales:
- Potenciar la vacunación de personas vulnerables como son los mayores de 60 años, aquellas con tratamiento inmunosupresor (como las personas trasplantadas), o las afectadas de inmunodeficiencias primarias o secundarias. Estas personas presentan un sistema inmunitario debilitado, mostrando una peor respuesta frente al virus, lo que se podría traducir en una mayor gravedad de la enfermedad si se llegan a infectar. La vacunación es una herramienta útil para reducir la severidad de la enfermedad, así como disminuir el impacto que la gripe tiene sobre la capacidad de la atención sanitaria y socio-sanitaria.
- Potenciar la vacunación también en niños (especialmente en menores de 5 años de edad) para favorecer un mejor control de la epidemia al disminuir la circulación y diseminación del virus de la gripe en la sociedad.
- Promover la vacunación de profesionales sanitarios y socio-sanitarios para reforzar su protección frente al virus así como, de forma indirecta, la de los pacientes con los que interactúan, particularmente aquellos que presentan un sistema inmunitario debilitado y por tanto son más vulnerables a desarrollar una enfermedad grave tras la infección por el virus de la gripe.
Beneficios clínicos demostrados
Las vacunas actuales contra la gripe:
● Previenen la infección y reducen la gravedad. Aunque el grado de protección puede variar según el subtipo viral predominante (4), las formas graves de la enfermedad son menos frecuentes en las personas vacunadas. Además, las estancias hospitalarias son más cortas y disminuye el riesgo de neumonía, ingreso en UCI, necesidad de ventilación mecánica y muerte (3).
● Son seguras. Los eventos adversos graves son muy poco frecuentes y la seguridad es alta en todas las poblaciones (5-8).
Temporada 2025: qué cambia en el virus.
En 2025 se observa el auge del subtipo A(H3N2), tras dos temporadas de menor circulación, y la aparición de un nuevo subtipo llamado K dentro del virus H3N2 que se caracteriza por la aparición de mutaciones en distintos genes virales, principalmente en la hemaglutinina. Estas mutaciones pueden reducir parcialmente la neutralización por anticuerpos. Aun así, gracias a la memoria inmunológica, se conserva protección frente a formas graves de enfermedad.
Contexto inmunológico y alcance de las vacunas actuales
La efectividad de las vacunas estacionales contra la gripe puede variar cada año porque el virus cambia constantemente y, en ocasiones, las cepas que circulan no coinciden al 100% con las que se incluyen en la vacuna. Aun así, siguen siendo la mejor forma de reducir hospitalizaciones y complicaciones (9-11).
Tradicionalmente, estas vacunas están diseñadas para generar sobre todo anticuerpos, que son proteínas que reconocen y bloquean al virus. Esta respuesta es muy importante, pero no es la única defensa del cuerpo. El sistema inmunitario también cuenta con los linfocitos T, que ayudan a eliminar células infectadas y proporcionan una protección más amplia frente a variantes del virus. Siendo esto especialmente relevante cuando los anticuerpos neutralizantes no son completamente eficaces debido a cambios antigénicos (12-14).
Vacunación anual: una estrategia esencial
La vacunación anual sigue siendo imprescindible debido a:
- La variabilidad y evolución de las cepas circulantes
- La pérdida progresiva de inmunidad con el tiempo
- La necesidad de reforzar la respuesta en poblaciones con menor reactividad inmunológica.
Conclusión
La evidencia científica confirma que:
- Las vacunas contra la gripe en 2025 son seguras, eficaces y reducen significativamente la carga clínica y social de la gripe.
- Aunque puede existir escape parcial de anticuerpos frente a nuevas variantes como el subclado H3N2-K, los anticuerpos y los linfocitos T, siguen contribuyendo a prevenir formas graves.
- La vacunación masiva favorece la inmunidad de grupo, reduciendo contagios, hospitalizaciones y muertes.
Vacunarse cada año contra la gripe continúa siendo la mejor herramienta para proteger la salud individual y colectiva.
No es tarde para vacunarse: incluso durante la epidemia, la vacuna ayuda a disminuir contagios y complicaciones.