Esto se debe a que el hombre de 80 años se dio cuenta de que había perdido el anillo de bodas que había usado durante 42 años de matrimonio lleno de gracia con su esposa, Mary Ann Novetske, de 71 años.
Buscando lo mejor que pudo, el día llegó a su fin, por lo que Mary intervino para ayudar al día siguiente. Entró en Facebook al grupo What's Happening in Charlotte Michigan Right Now, que cuenta con unos cientos de los 9.200 residentes de la ciudad.
Al preguntar si alguien tenía un detector de metales, Mary también explicó lo que había sucedido y luego fue a la iglesia con su esposo. Cuando salieron, el puesto había estallado con gente que se ofrecía a dejar todo lo que estaban haciendo para ayudar a mirar entre las briznas de hierba y los montones de hojas. Varios trajeron detectores de metales.
“No nos conocían, pero aquí estaban, dispuestos a ayudar”, dijo Mary Ann Novetske. "Fue emocionante ver a tanta gente interesada en esto".
Ella le dijo al Washington Post que desde ese momento realmente se sintió como si fuera su comunidad.
La banda fue hecha a mano antes de la boda en 1981, y la pareja eligió enredaderas que atrapaban una cruz. Incluso con su exterior brillante y el sol de la tarde del 5 de noviembre, los detectores de metales y los voluntarios no pudieron encontrarlo.
La búsqueda se prolongó a cuatro patas y, finalmente, tuvieron que pasar por encima de los montones de hojas mojadas. En la tercera hora de búsqueda, Joseph, el dueño del anillo, vio algo en la hierba.
"Vi la banda reflejando la luz porque era un hermoso día soleado", le dijo al Post. "¡Allí estaba!"
Novetske le dijo al Post que el anillo había estado suelto por un buen tiempo, y lo primero que hizo la pareja después de mostrar su gratitud a los ayudantes fue ir directamente a los joyeros para que le cambiaran el tamaño.
Sin duda ese día encontraron más que solo el anillo, sino amigos, una comunidad y esperanza.
