sábado. 27.04.2024

Hace nueve años, la vida dio un giro de 180º para Joaquina Torres. De trabajar como administrativa en una empresa de Córdoba pasó a dedicarse al cien por cien al cuidado de su madre y su tía, ambas personas dependientes. La primera falleció el año pasado, poco después de superar el covid, y la segunda aun convive con ella y su marido en casa.

“Esto de los cuidados no está muy reconocido”, lamenta Joaquina, una de las 165 personas cuidadoras a las que Cruz Roja presta apoyo en la provincia a través de talleres de ventilación emocional, grupos de ayuda mutua y la compañía del voluntariado.

Unas actividades que, según Torres, “aparte de lo que aprendes, te permiten despejarte un rato y te ayudan a relativizar, porque además te encuentras con otras personas en situaciones similares a la tuya, y que por tanto te entienden mejor de lo que puede hacerlo la familia o la gente de la calle”.

Una opinión que comparte Isabel Moreno, quien a los 44 años, tras perder su puesto de trabajo en una tienda de electricidad, se convirtió en cuidadora informal, a tiempo completo, de su madre. Al igual que Joaquina, durante los meses más duros de la pandemia renunció a la ayuda a domicilio concedida por la ley de Dependencia, “para limitar el riesgo de contagio”.

Ahora vuelve a disfrutar de ese apoyo, pero su vida sigue muy limitada. Sus palabras así lo atestiguan. “Irme por gusto, muy pocas veces. Con decirte que he rechazado una operación porque me obligaría a estar un mes parada. Y en ese caso, ¿quién cuida de mi madre?”.

“Cuidar de una persona dependiente las 24 horas repercute en la salud física y mental de la persona cuidadora. Se reduce muchísimo su tiempo libre, su tiempo para descansar o para poder desconectar, por lo que suele sufrir sensación de agobio, estrés y ansiedad”, explica Amalia León, técnica de la institución humanitaria responsable del proyecto de ‘Atención a personas cuidadoras’, financiado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación a través de fondos consignados del 0,7% de la casilla de Actividades de Interés Social del impuesto de la renta (IRPF).

Ante esta situación, son cada vez más las cuidadoras informales que buscan el apoyo de organizaciones como Cruz Roja, que a través de su voluntariado trata de aliviar el desgaste físico y emocional que suelen sufrir quienes se encargan de cuidar, de forma habitual, a personas dependientes mayores de 65 años.

El catálogo de actividades que desarrolla el voluntariado en los hogares de las personas dependientes va desde la mera compañía hasta el apoyo a la movilidad dentro de la vivienda, pasando por la orientación espacio-temporal, el ocio y la ayuda en la adquisición de habilidades.

Con ello, Cruz Roja persigue ofrecer a las personas mayores actividades adaptadas a sus posibilidades y limitaciones, además de aliviar el desgaste personal en los cuidadores habituales y ofrecerles a estos últimos estrategias y técnicas para el manejo del estrés. 

En la provincia, la mayoría de personas cuidadoras atendidas por la entidad se reparten entre Córdoba (98), Lucena (35) y Puente Genil (25), aunque también se benefician del mismo mujeres de otros siete municipios, como Hinojosa del Duque, Montilla, Palma del Río, Pozoblanco, Priego de córdoba, Rute y Villanueva de Córdoba. 

Coincidiendo con la conmemoración hoy 5 de noviembre del Día de las Personas Cuidadoras, la institución humanitaria vuelve a lanzar la iniciativa #MiraQuienCuida, para visibilizar la realidad de las personas cuidadoras no profesionales y dar a conocer los servicios que realiza para apoyar a las personas que cuidan de otras personas.

Y es que se trata de una labor que queda muchas veces invisibilizada por llevarse a cabo fundamentalmente en el ámbito del domicilio privado y ser una actividad no remunerada. Una actividad que además tiene rostro de mujer, pues el 89 por ciento de las personas cuidadoras en España son mujeres, según los datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Las mujeres de menos de 65 años, especialmente las de 45-64 años, contribuyen con más de la mitad de todo el volumen de cuidado (medido en horas) aportado por todos los cuidadores (55%). Y es una mujer mayor la que recibe la mayor parte del cuidado provisto por cualquier cuidador (49%).

Junto al apoyo y atención directa que ofrece a través de su voluntariado, Cruz Roja dispone del Multicanal SerCuidadora, que se configura en torno a una página web www.sercuidador.org  y www.sercuidadora.org, pero que también cuenta con una app descargable desde GooglePlay y AppleStore.

Cruz Roja homenajea a los cuidadores en su día