martes. 30.04.2024

El perro Alva tiene síndrome de wobbler, pero eso no impidió que Joe Rotunda supiera que estaban destinados a estar juntos.

Llegando a Austin Pets Alive! En noviembre de 2020, con solo 5 meses de edad, Alva estaba plagada de pulgas, desnutrida y necesitaba una pata que la ayudara. Le costaba ponerse de pie y caminar debido al síndrome.

Después de casi 24 meses de estancia en refugios y cuidados de crianza, los rigores de su vida con wobblers y múltiples dueños la habían vuelto autoprotectora, territorial y tímida.

Rotunda había visto originalmente a Alva en el Instagram de APA y sintió que tenía que hacer algo para ayudarla.

"Simplemente la miré y dije: 'Apuesto a que todos se han rendido contigo'", supuestamente le dijo Rotunda a APA. “‘No voy a hacerte eso'”.

Él tampoco lo hizo, sino que la visitó en APA todos los días durante dos meses para ganarse su confianza con la esperanza de poder darle la bienvenida a su hogar para recibir cuidado de crianza. Al ver que había un posible fin a las dificultades de Alva, el personal de la APA trabajó en el refugio para brindarle más alojamiento para su inestabilidad motora similar a la del Parkinson, además de una especie de fisioterapia.

Finalmente, Rotunda consiguió lo que deseaba y Alva pudo mudarse con él y su otro perro, con quien también se hizo amiga.

Equipó su casa con varias rampas y esquinas acolchadas para garantizar que tuviera un entorno seguro y maniobrable.

“Alva me hacía un regalo cada vez que la veía y ese era: inspiración. Es su espíritu el que es tan contagioso, ella brilla y nada se interpone en su camino”, dijo Rotunda a APA. "Ella no sabe que es diferente".

Se gana la confianza del perro que va a adoptar visitándolo a diario durante meses