jueves. 28.03.2024

Huir de Ucrania no está siendo fácil, pero hacerlo en silla de rudas y con dos niños complica aún más esta situación. Sino que se lo digan a Olena Akopyan, nadadora profesional parapléjica de origen ucraniano. La deportista ha tenido que escapar de la guerra y gracias a la ayuda de su amiga y compañera de profesión, Teresa Perales, ya se encuentra refugiada en España.

La nadadora española ha seguido muy de cerca este conflicto y ha estado muy activa en redes sociales. Al principio de la invasión rusa, Teresa relataba lo dura que debía ser esa situación y lo feliz que estaba de haber podido contactar con su amiga Olena. “Todos los días me despierto y lo primero que pienso es en toda la gente de Ucrania que está sufriendo tanto. Hoy estoy muy contenta porque he conseguido hablar con una nadadora amiga” escribía en su cuenta de Twitter.

La nadadora ucraniana vivía en Brovary, a tan solo unos kilómetros de Kiev, la capital de Ucrania. En cuanto empezó a escuchar los bombardeos, según cuenta Perales, decidió coger todas las cosas para escapar de allí. “Tiene dos niños y ella va en silla de ruedas. Los búnkers no son accesibles. Su marido se quedó obligatoriamente donde vivían. Me siento impotente” escribía la nadadora española con cierta tristeza.

Un total de 736 kilómetros recorridos y 27 horas seguidas conduciendo. Su destino, un centro paralímpico de rehabilitación en la ciudad de Lviv Oblast, cerca de la frontera de Polonia. “Parapléjica, con un pie roto, mellizos de 11 años y dos gatos. Un auténtico ejemplo de valentía y de voluntad sobrehumana” explicaba Teresa orgullosa de lo que estaba haciendo su amiga para poder salvar a sus hijos.

Una vez que llegó al centro paralímpico le ayudaron a organizar su trayecto hasta España, donde le esperaba la deportista española. Antes de poner rumbo hasta nuestro país, permanecieron en el centro durante diez días. La familia de Olena no estaba sola. “Unas 125 personas más: 40 niños, 3 bebés y 15 personas en silla de ruedas” se encontraban también allí refugiadas, según informaba Perales en Twitter.

Después de 3 días de viaje, 2 noches en el camino y otros 2.700 kilómetros hasta Zaragoza consiguen reencontrarse.  “Después de días de incertidumbre y de mucho miedo por sus vidas, Olena y sus hijos, ya están conmigo. Agotados, pero a salvo. Este abrazo lo dice todo” escribía Teresa muy emocionada.