domingo. 19.05.2024

El encuentro produjo un momento increíble que fortaleció la fe del hombre en la humanidad.

La historia de Baton Rouge comienza cuando Matt Musbice se despertó al sonar la alarma de incendios frente a su complejo de apartamentos. Se puso la ropa que tenía por ahí y salió corriendo para descubrir que había sido una falsa alarma.

Pensando que el brusco despertar era irreversible, decidió que, a pesar de su aspecto desaliñado, iría a por un café y empezaría el día.

En ese momento, el joven Kelvin Ellis había entrado con su padre en la tienda de gafas de al lado, pero salió mientras le examinaban la vista.

Mientras tanto, Busbice, que había hecho su pedido de café, salió a rezar la oración de la mañana y se apartó a un rincón de la zona de estar al aire libre para tener la mayor intimidad posible. Fue entonces cuando Ellis le vio.

"Empecé a abrir los ojos lentamente y vi a un chico que venía hacia mí, más o menos de mi estatura, con sudadera gris y el puño en alto", relató Busbice, añadiendo que, en lugar de golpearle en la barbilla, el puño sostenía un billete de un dólar. Y yo dije: "¿Qué?".

"Si no tienes casa, aquí tienes un dólar", recuerda Kelvin Ellis Jr., de 9 años, que le dijo a Busbice. "...Siempre quise ayudar a un sin techo, y por fin tuve la oportunidad".


Busbice no sólo no es un indigente, sino que ha desarrollado varias marcas de actividades al aire libre que han sido vendidas en operaciones conjuntas por valor de más de 100 millones de dólares. Ellis, en cambio, sólo poseía ese dólar, que recibió de su padre por sus buenas notas.

Busbice declaró a Steve Hartman, de CBS News, que hacía mucho tiempo que no sentía tanta fe en la humanidad.

Como recompensa, Busbice llevó a Ellis a tomar un tentempié a la cafetería y luego le sorprendió con una compra de 40 segundos en la tienda de artículos deportivos BuckFeather, que dirige actualmente.

Entre los artículos más pequeños, Ellis se hizo con un arco compuesto y una bicicleta nueva, pero dijo que nada de eso era en lo que había planeado gastar su dinero.

"Alegría, porque he ayudado a alguien", dijo Ellis. "Regalas algo y sientes que has sacado muchas cosas de ello".

Hay mucho mérito en esta bonita historia: el de Busbice por su generosidad, el de Ellis por su bondad y el del padre del niño por enseñarle una sabiduría tan valiosa, si es que lo hizo.

 

Premiado por su bondad: un niño le confunde con un sintecho y se sorprende