Estudio relaciona el queso alto en grasa con menor riesgo de demencia

Quesos. ARCHIVO

Un estudio de la Universidad de Lund (Suecia) publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, vincula un mayor consumo de queso y cremas lácteas con alto contenido de grasa con un menor riesgo de demencia.

El trabajo se enmarca en un debate prolongado sobre dietas altas y bajas en grasa. En ese contexto, la investigadora Emily Sonestedt, de la Universidad de Lund, señala que estos resultados cuestionan algunas ideas extendidas sobre la grasa y la salud del cerebro.

Los autores subrayan que el estudio no demuestra causalidad. La investigación muestra una asociación entre el consumo de ciertos lácteos grasos y un menor riesgo, pero no prueba que comer estos productos reduzca por sí mismo la probabilidad de desarrollar demencia.

  1. Qué productos se consideraron altos en grasa
  2. Cómo se realizó el seguimiento
  3. Resultados con queso rico en grasa
  4. Resultados con crema alta en grasa
  5. Otros lácteos sin asociación
  6. Alcance y limitaciones del estudio

Qué productos se consideraron altos en grasa

En el análisis, se clasificaron como quesos ricos en grasa aquellos con más del 20% de grasa. Entre las variedades citadas figuran cheddar, brie y gouda.

En cuanto a las cremas, se incluyeron las que suelen aportar entre un 30% y un 40% de grasa, como la nata para montar, la nata doble y la nata cuajada. En el comercio, estos productos suelen aparecer como versiones “enteras” o “normales”.

Cómo se realizó el seguimiento

El equipo investigador revisó información de 27.670 personas en Suecia, con una edad media de 58 años al inicio. El seguimiento se prolongó una media de 25 años.

Durante el periodo del estudio, 3.208 participantes desarrollaron demencia. La alimentación se registró durante una semana y, además, se respondieron preguntas sobre la frecuencia de consumo de determinados alimentos en los años previos. También se recogieron detalles sobre la forma de preparar las comidas.

Resultados con queso rico en grasa

Se comparó a quienes consumían 50 gramos o más de queso rico en grasa al día con quienes ingerían menos de 15 gramos diarios. Como referencia, 50 gramos equivalen aproximadamente a dos lonchas de cheddar o a media taza de queso rallado. Una porción típica de queso es de 28 gramos.

Al final del seguimiento, desarrolló demencia el 10% del grupo con mayor consumo, frente al 13% entre quienes consumían menos.

Tras ajustar por edad, sexo, nivel educativo y la calidad general de la dieta, se observó que el grupo con mayor consumo de queso rico en grasa presentó un 13% menos de riesgo de demencia en comparación con el grupo con menor consumo.

Al revisar tipos concretos, el mayor consumo de este queso se asoció con un 29% menos de riesgo de demencia vascular.

También se detectó una asociación con menor riesgo de enfermedad de Alzheimer en quienes comían más queso con alto contenido de grasa, pero solo en las personas que no portaban la variante genética APOE e4, considerada un factor de riesgo para esta enfermedad.

Resultados con crema alta en grasa

En el caso de la crema, se comparó a quienes tomaban 20 gramos o más al día con quienes no la consumían. Esa cantidad equivale aproximadamente a 1,4 cucharadas de crema batida espesa. La porción recomendada se sitúa entre 1 y 2 cucharadas.

Con ajustes similares a los aplicados en el análisis del queso, el consumo diario de crema alta en grasa se relacionó con un 16% menos de riesgo de demencia frente a no consumirla.

Otros lácteos sin asociación

No se hallaron relaciones entre el riesgo de demencia y el consumo de queso bajo en grasa, crema baja en grasa, leche con alto o bajo contenido graso, mantequilla o leche fermentada (incluidos yogur, kéfir y suero de leche).

Los resultados, según la investigadora, apuntan a que, en términos de salud cerebral, no todos los lácteos muestran el mismo patrón. También se remarca la necesidad de más investigación para confirmar estas observaciones y evaluar si determinados lácteos con más grasa aportan algún nivel de protección.

Alcance y limitaciones del estudio

Entre las limitaciones, se destaca que todos los participantes eran de Suecia, por lo que los hallazgos podrían no reproducirse en otras poblaciones.

Además, se indica que en Suecia el queso suele consumirse crudo, mientras que en otros países puede tomarse calentado o acompañado de carne. Por este motivo, se considera relevante que se desarrollen estudios comparables en más países.