viernes. 26.04.2024

Diez de la mañana de un frío día de diciembre, una larga cola de personas de diferentes edades y nacionalidades recorre el madrileño Parque de Aluche. Esperan ansiosos a recibir las bolsas que contienen todo lo que tendrán para llevarse a la boca durante una quincena. Algunos acuden con sus hijos, que encuentran en el calor de los brazos de sus padres la mejor forma para combatir los escasos cinco grados que marca el mercurio. La pandemia de la Covid-19 ha hecho que esta estampa se repita en numerosos puntos de la geografía española, por lo  que cada vez son más las asociaciones que, como la Asociación de Vecinos de Aluche, trabajan de manera desinteresada para ayudar a quienes más lo necesitan.

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1. Los voluntarios organizan largas colas. Por: Ismael Díaz

La Asociación de Vecinos de Aluche cuenta con más de 150 voluntarios que se encargan de realizar el reparto de alimentos para las personas sin recursos que acuden a esta asociación, todos los sábados se citan en el Parque de Aluche para ayudar a las familias necesitadas. Algunas de las personas sin recursos también se involucran en la asociación y ayudan al reparto de alimentos.

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2. Las personas necesitadas reciben sus bolsas. Por: Alba Gómez

La asociación vecinal del barrio madrileño de Aluche reparte más de 30 toneladas de alimentos al mes. El Banco de Alimentos les proporciona unos 1.500 kg de frutas y verduras al mes, que, como afirma Francisco Rubio, vicepresidente de la asociación: “están en muy buen estado y probablemente mejor que las que se compran en fruterías y supermercados”.

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3. Productos almacenados en la sede de la asociación. Por: Laura Blanco

La asociación vecinal cuenta también con donaciones de grandes empresas como supermercados que les suelen ofrecer alimentos que están a punto de caducar o vecinos que también les proporcionan comida. Además de gran cantidad de frutas y verduras cuentan con arroz, pasta, caldos, etc. que almacenan en el pequeño local en el que tienen instalada su sede, donde tienen como hándicap la escasa capacidad frigorífica.

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4.Bolsas y cajas de alimentos apiladas. Por: Laura García

Tienen dos bolsas diferenciadas por color según el tipo de alimento, las frutas y las   verduras van en las verdes, y el resto de alimentos en las blancas. Los voluntarios se organizan para introducir las bolsas en los carros, limpiar y reponer las bolsas a medida que las van repartiendo.

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5. La larga cola recorre el Parque de Aluche. Por: Esther Valentín

En los primeros repartos les costó llevar a cabo una buena organización debido a la gran afluencia de gente. Actualmente existe una división por grupos para evitar aglomeraciones, las personas que reciben ayuda acuden cada dos sábados en distintas franjas horarias. La asociación se encarga de realizar cuestionarios a estas personas para conocer si tienen otras necesidades como pueden ser tecnológicas o culturales y así intentar cubrirlas.

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6.Una madre sale del reparto junto a su hijo. Por: Alba Gómez

Otro de los objetivos de la asociación vecinal es repartir a las familias con bebés o niños pequeños: leche, pañales, papilla y todos aquellos productos que sean necesarios para garantizar el bienestar de los más pequeños.

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7.Un hombre desayuna en un bar situado frente a las colas. Por: Ismael Díaz

El reparto se realiza en una zona del parque en la que abundan los bares. Es habitual ver a personas pasear y desayunar frente a las largas colas que se organizan junto a la sede de la asociación. La desigualdad dentro de la sociedad se ha visto agravada por la crisis sanitaria y esto se ve perfectamente reflejado cada sábado en Aluche.

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8.Una mujer lee uno de los libros que la asociación pone a su disposición. Por: Esther Valentín

La Asociación de Vecinos de Aluche  no solo se encarga de repartir alimentos y material de primera necesidad, además pone a disposición de los más necesitados una gran variedad de libros con los que algunos amenizan las largas esperas. Cuentan también con un punto de información sobre búsqueda de empleo, regularización de papeles, cursos de formación y un largo etcétera de recursos.

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9. Una mujer se aferra a su carrito a la espera de recibir su alimento. Por: Laura Blanco

Desde la asociación vecinal de Aluche pretenden visibilizar un problema existente en muchos barrios y que se ha visto agravado tras la situación de crisis sanitaria en España. A pesar de que cuentan con ciertas limitaciones al ser una asociación pequeña, con poco espacio de almacenamiento en su sede para guardar los alimentos, crecen cada vez más, y no deja de aumentar el número de voluntarios. Según sus datos dan de comer a casi un millar de personas.

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10. La mirada de una niña que espera su turno en la cola acompañada por sus padres. Por: Ismael Díaz

La Asociación de Vecinos de Aluche presta ayuda a más de cien familias con bebés y niños de muy temprana edad. Los voluntarios tratan siempre de tener un gesto simpático y tratar con cercanía a los más pequeños que se encuentran en las colas para suavizarles la situación.

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11. Los usuarios de esta red de apoyo dejan en fila sus carritos mientras esperan su turno. Por: Esther Valentín

A pesar de tener establecidos turnos con el fin de evitar que se formen colas desde la madrugada y así dignificar la imagen de las personas, los beneficiarios llegan con gran antelación para ser los primeros de su grupo en acceder al reparto. Algunos optan por dejar su carro de la compra para coger sitio y, mientras tanto, pasean por la zona para hacer menos dura la espera.

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12. Los niños que acuden al reparto juegan en el Parque de Aluche mientras sus padres hacen cola. Por: Alba Gómez

Los niños son un grupo muy vulnerable ante la desigualdad, por eso, además de alimentos, la asociación pone a su disposición material escolar, ordenadores y tabletas que les permiten seguir la docencia online que se imparte actualmente.

 

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13. Un corro de gente charla mientras espera su turno. Por: Laura García

En el reparto de comida se congregan personas de diferente índole, desde la asociación comentan que actualmente muchas personas de nacionalidad española, debido a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, se han visto obligadas a pedir alimento. Todos se mantienen en fila hasta que llega su turno, mientras, para amenizar la espera, hablan unos con otros.

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