jueves. 28.03.2024

Estos dos vecinos de Castroverde, en Lugo, decidieron viajar hasta Polonia hace una semana para traer a España varios ucranianos. Llegaron a su pueblo con nueve personas, tres de ellas niños y un adolescente de 16 años de edad, que viajaba solo.

Mientras Héctor Pérez veía las noticias, se emocionó con las imágenes de una niña que falleció en un hospital ucraniano. Llamó a Paulo Ribeiro y le propuso ir a la frontera de Polonia en sus vehículos, para traer al mayor número de personas posibles. Al principio, Paulo le colgó el teléfono, pero un rato después le devolvió la llamada y salieron de Castroverde.

Han sido seis días de viaje, 7.200 kilómetros y varias multas: "Volveríamos a ir si nos lo pudiéramos permitir", aseguran. A pesar del miedo "al entrar en Melica -cuenta Héctor-, se me erizó la piel al pensar que muy cerca estaban bombardeando, pero una vez allí, el miedo desapareció."

"La gente pasaba caminando a Polonia desorientada y asustada", asegura Héctor. Estuvieron la primera noche en un hotel de Melica. Al día siguiente, les llamó una mujer ucraniana que vive en Madrid. "Nos contó que seis miembros de su familia viajaban en un coche que se había averiado y nos pidió si los podíamos recoger en la ubicación que nos envió", explican. Lo hicieron.

Al poco tiempo, otra ucraniana residente en la capital española les preguntó si podían recoger en Varsovia a dos familiares: Una mujer y su hijo. Y finalmente, a través de un grupo de WhatsApp, les pidieron que recogieran a Sergio, un chico de 16 años que viajaba solo a A Coruña, donde trabaja su madre.