domingo. 28.04.2024

Una adolescente de 16 años estuvo sometida a una estricta dieta para evitar engordar y sufrir humillaciones. Su madre la llamaba "fea y gorda". Su obsesión llegó a tal punto que obligaba a su hija a pesarse constantemente, y si engordaba unos gramos o superaba los 47 kilos la dejaba sin comer. 

No podía comer pan, bollería o chocolate y su dieta era a base de fruta y verdura. De vez en cuando la dejaba comer carne y pescado. Cinco años atrás, no pudo soportar más la presión y se lo confesó a su tía, quien denunció la situación a la policía. 

La confesión de las acusaciones en el juicio 

La adolescente testificó y confirmó las acusaciones, que iban desde las privaciones alimentarias hasta insultos. El abogado de la madre pidió la absolución, creyendo que la hija exageraba y no había malos tratos. El abogado declaró que "la madre siempre ha actuado sólo por el bien de su hija y en nuestra opinión no hay ningún elemento para impugnar los malos tratos".

Pero el tribunal le dio la razón a la joven. Condenó a la madre a un año y cuatro meses de presión por malos tratos, además de una orden de alejamiento y echarla del domicilio familiar. 

El peligro de las dietas sin supervisión médica

Hablar de dietas, restricciones alimentarias y acoso es algo que puede derivar en trastornos nutricionales y alimentarios, especialmente para los adolescentes. Cualquier disfunción de la conducta alimentaria lleva a preocuparse obsesivamente por el peso, especialmente en las niñas, hasta tal punto de crear una percepción distorsionada de la propia imagen. 

En Italia se estiman tres millones de personas con anorexia o bulimia. En 2023 se registraron 1.680.456 casos nuevos. La cifra creció un 30% más después de la pandemia y en todo el mundo aumentó en un 48% la cifra de hospitalizaciones. 

Más de 1 año de prisión para una madre en Italia por tener a dieta a su hija