La edad tan solo es un número y si no, que se lo digan al ex inspector de la Policía Local de Sevilla, Manuel Alba. El ya jubilado de su cargo, partió con lo justo y necesario el día 7 de julio del Cabo Creus en Girona, desde ahí comenzó la Transpirenaica. De esta manera, a pie, cruzó el sistema montañoso del país, pasando por puertos de 2.500 metros de altitud, para continuar hasta el Camino del Norte, Finisterre, el Camino de Sanabrés hasta la catedral de Santiago.
Este bonito y dificultoso recorrido acabó este pasado 22 de octubre, cuando recorriendo la Vía de Plata llegó a Sevilla donde, entre vítores y celebración, le esperaban sus compañeros y familiares para felicitarle por la gesta que había conseguido: 2.880 kilómetros a pie, por el sistema montañoso español.
La aventura de Manuel Alba finalizó tras un total de 108 días de travesía, a sus 61 años de edad. El vídeo de la llegada del ex inspector de Policía Local fue subido a X (antes Twitter), caminando por los adoquines de Sevilla, con una barba espesa y el pelo largo, con alegría y sin muestras de cansancio.
Una emotiva historia de superación
— Emergencias Sevilla (@EmergenciasSev) October 23, 2023
Así llegaba Manuel Alba, Inspector jubilado de @PoliciaSevilla a la Catedral de Sevilla después de recorrer 2.800 km. a pie. Tiene 61 años de edad.
Salió el pasado día 7 de julio de Cabo Creus en Girona para hacer, sin solución de continuidad,… pic.twitter.com/2i2IUnX9ZM
Tras realizar el saludo militar a un compañero uniformado, ambos se funden en un abrazo. La emoción se ha apoderado de él y tiene que frotarse los ojos varias veces: no se lo cree, ha llegado y le han preparado una sorpresa.
Con paso firme y decidido, Manuel gira la calle y se adentra en la avenida de la Constitución. Dos filas humanas le marcan el camino de la llegada, el pasillo triunfal. El exagente lo atraviesa a trompicones, parado cada vez que un compañero le sale al paso para envolverlo en sus brazos. Manuel ya no puede ahogar una lágrima más y brotan con vida propia. Los aplausos se suceden, y en ellos participan hasta los desconocidos turistas y transeúntes. Sin soltar su macuto y de vestido naranja butanero, el otrora número de placa S-71 ha luchado contra una enfermedad hasta el día de su retirada.
