viernes. 29.03.2024

La relajación de las medidas de protección frente a la pandemia y la llegada del otoño han propiciado que los virus de la Gripe y la COVID-19 circulen de manera simultánea durante los últimos meses del año. Un hecho que ha causado dudas en la población sobre cómo actuar, teniendo en cuenta que ambas infecciones afectan a las vías respiratorias y se transmiten de forma similar (al toser, estornudar, hablar o simplemente al tocar algo que esté contagiado por el virus).

Este contexto atípico frente a temporadas anteriores pone de relieve la importancia de derribar teorías erróneas sobre ambos virus para evitar el contagio o, en caso de infección, aplicar el tratamiento adecuado cuanto antes. Algunas de las falsas creencias generadas en torno a este tipo de infecciones son la imposibilidad de contagio por llevar mascarilla, la poca gravedad de la gripe o la incompatibilidad entre vacunas.

“Esta temporada nos enfrentamos a dos pandemias. No hay que olvidar que, la adopción de pautas protectoras frente a la COVID-19 del invierno pasado ha generado que este año la sociedad no haya desarrollado esa inmunidad natural contra la gripe, lo que provoca que su incidencia sea mucho más intensa. Por ello, es esencial no relajarse y seguir aplicando todas las medidas de prevención en el día a día, pues ellas nos ayudarán a evitar el contagio de ambos virus.”, señala María Sánchez, e-Health Medical Manager de Cigna España.

Desde Cigna, como expertos en proporcionar servicios de salud, analizamos las características de ambos virus y las falsas creencias que se han instaurado en la sociedad en torno a ellos:

• Contagiarse de la gripe no será un problema este año al seguir llevando mascarillas. Hay que tener presente que la incidencia de la gripe en 2020 fue menor no solo por las mascarillas, sino también por las altas tasas de vacunación antigripal, que alcanzaron cifras récord el año pasado, y por el distanciamiento social. Ahora, las reuniones con personas de distintos círculos se han recuperado y la mascarilla no es obligatoria en todos los espacios. Esto facilita que los aerosoles cargados con partículas virales de cualquier tipo puedan permanecer en el aire durante horas. Por ello, es importante mantener algunos de los hábitos de higiene adecuados, como lavarse las manos para evitar gérmenes y protegerse de enfermedades o el uso de las mascarillas en espacios cerrados o ante aglomeraciones.

• Recibir la vacuna de la gripe y de la COVID-19 hace más vulnerables a las personas. Las inoculaciones ofrecen la mejor protección contra los virus, por lo que no hay motivos para pensar que combinar ambas vacunas implique un riesgo para la salud de las personas. Es posible que una vez recibida una de las dos vacunas se empiecen a sentir ciertos síntomas similares a los de estas infecciones, pero es una reacción natural del organismo al generar anticuerpos. Si bien gran parte de los españoles ya ha recibido la pauta completa para protegerse contra la COVID-19, también es esencial concienciar sobre la vacuna contra la gripe. Además, esta segunda ejerce como barrera totalmente protectora ante el virus, impidiendo su contagio.

• Infectarse del virus de la COVID-19 no es peor que el de la gripe estacional. Aunque ambas infecciones se consideran enfermedades respiratorias y presentan una sintomatología similar, están causadas por virus diferentes, por lo que es importante no desestimar el riesgo de ninguna de las dos enfermedades ni tratarlas del mismo modo. Para empezar, a diferencia de la gripe, que es un virus estacional, la COVID-19 está activa durante todo el año. Por otro lado, este segundo virus se propaga con más rapidez que la gripe estacional y puede tener una tasa de mortalidad mayor. Pero la gripe también se asocia con determinadas complicaciones. Aunque muchas personas sanas pueden combatirla sin problemas, se trata de una infección vírica que en ocasiones puede complicarse con cuadros más graves como neumonía, encefalitis o miocarditis. Por ello, es importante, contactar con el médico ante cualquier agravamiento de cuadro.

• No tomar medidas contra la COVID-19 o la gripe es mejor para, así, alcanzar la inmunidad de rebaño. Aunque algunas personas puedan desarrollar un caso leve de COVID-19 o no mostrar ningún síntoma, no es posible predecir cómo va a reaccionar el cuerpo en caso de infección. Lo mismo ocurre con la gripe. Son dos infecciones mortales y toda la población está en peligro al contraerlas. Además, en el caso concreto de la COVID-19, se trata de una enfermedad cuyas secuelas aún son desconocidas. Razones más que de sobra para tomar medidas de precaución durante estos meses.

• Preparar remedios caseros de protección tienen mayor efecto que otras pautas para prevenir estas infecciones. No hay evidencias de que infusiones o recetas caseras tengan un efecto directo para prevenir una de estas dos enfermedades. No obstante, el sistema inmunitario necesita energía y nutrientes suficientes para funcionar correctamente. Por ello, aunque no haya ningún alimento o suplemento que refuerce la inmunidad o que impida que nos contagiemos de virus altamente infecciosos como la gripe, al comer una amplia gama de frutas y verduras sí que se pueden obtener todos los nutrientes que el sistema inmunitario necesita.

Desterrar estos mitos ayudará a mejorar la salud integral de las personas. De hecho, desde la irrupción de la pandemia gran parte de la población considera el cuidado de su salud y bienestar como un área relevante a la que prestar atención, e incorporan diversas iniciativas centradas, fundamentalmente, en la adopción de un estilo de vida saludable.