lunes. 09.12.2024

Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) ha identificado que los pacientes de Parkinson con una progresión lenta de la enfermedad tienen un aumento significativo de los niveles de la molécula ecto-GPR37 en el líquido cefalorraquídeo, por lo que este receptor neuronal podría funcionar como biomarcador de la progresión de la patología.

"A escala clínica, poder realizar esta estratificación es muy importante, porque la gestión de los pacientes con enfermedad de Parkinson de progresión lenta frente a los de progresión rápida implica un enfoque clínico diferente", ha explicado el catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB y miembro del Instituto de Neurociencias (UBNeuro) y del IDIBELL, Francisco Ciruela.

Esta investigación es la continuación de un estudio del año 2021 del mismo equipo investigador, que descubrió que el ecto-GPR37 podría ser un prometedor candidato a biomarcador diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. El ecto-GPR37 es un fragmento de un receptor neuronal huérfano acoplado a la proteína G llamado GPR37. Aunque se trata de un receptor asociado con el Parkinson, todavía no se conoce su función neuronal ni el ligando endógeno, es decir, la molécula específica a la que se une.

Para validar los resultados anteriores y comprobar si este biomarcador potencial es específico de la enfermedad de Parkinson, los investigadores han analizado el procesamiento de GPR37 en el cerebro y la presencia de ecto-GPR37 en el líquido cefalorraquídeo de pacientes de Parkinson, Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas con características clínicas similares al Parkinson.

Los resultados de este análisis muestran que los niveles de ecto-GPR37 solo aumentaron en pacientes con enfermedad de Parkinson de progresión lenta, y no en la tipología rápida ni en el resto de patologías. Según los científicos, la presencia de ecto-GPR37 en el cerebro se debe a que cuando el receptor GPR37 llega a la superficie de las neuronas, se fragmenta y libera ecto-GPR37 hacia el exterior de la célula.

Como resultado de este procesamiento, en este tipo de parkinsonismo de progresión lenta el ecto-GPR37 circularía en concentraciones más elevadas por el líquido cefalorraquídeo, el fluido que rodea al cerebro y a la médula espinal.

Por otra parte, los investigadores también han descrito un patrón diferencial de procesamiento y expresión de GPR37 en las demás enfermedades neurodegenerativas analizadas. "Esto subraya la utilidad potencial de GPR37 también para distinguir entre distintas condiciones neurodegenerativas", ha detallado el catedrático de la UB.

En este trabajo también han participado investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); el Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz; el Instituto Karolinska (Suecia); la Universidad de California (Estados Unidos), y el Kings College de Londres (Reino Unido).

Aunque los resultados obtenidos son muy prometedores, los investigadores han señalado que el papel como biomarcador de ecto-GPR37 debería validarse en una cohorte de pacientes más numerosa y de diferentes hospitales, por lo que instan a un ensayo multicéntrico a escala europea.

Por otra parte, gracias a la financiación de la Fundación Michael J. Fox, los científicos han adaptado un ensayo para determinar la presencia de ecto-GPR37 en muestras de sangre de pacientes, "lo que facilita mucho su determinación analítica", han concluido.

Identificado un biomarcador de la progresión de la enfermedad de Parkinson