martes. 23.04.2024

La semana pasada dejó de ser obligatoria el uso en mascarillas en interiores con algunas notas a tener en cuenta: centro sociosanitarios, centros de salud y transporte (tanto público como discrecional). El protocolo para contener a la COVID-19 se ha ido relajando desde el comienzo del año, pero los expertos todavía piden cautela.

Uno de ellos es Margarita del Val, viróloga del CSIC, que apunta que a partir de este momento “tendremos que ser cautos” o las mascarillas “volverán a ser obligatorias”. Por ello, cree que “hay que explicar a la gente por qué se toman las decisiones” y destaca que, aunque la incidencia haya bajado, no podemos dar por terminado un virus que “sigue ahí”.

“Eliminar las cuarentenas y quitar las mascarillas tan rápido puede hacer pensar a los personas más vulnerables que la pandemia ha terminado, pero no es así. Podrían enfermar gravemente e incluso fallecer. Por eso, hay que proteger a los que no les prende bien la vacuna (porque son mayores o siguen un tratamiento que les baja la defensa inmunitaria, como los trasplantados). Recomiendo evitar las situaciones de alto riesgo o, si no, utilizar en esos momentos la mascarilla”. señala la experta.

Desde el pasado 28 de marzo, España maneja la situación provocada por la COVID-19 de manera más relajada. En esta misma línea, tan solo contabiliza los nuevos contagios que hayan desencadenado en una COVID grave y los que se hayan dado entre las personas y ámbitos vulnerables: mayores de 60, embarazadas, los inmunodeprimidos y los casos entre los sanitarios y sociosanitarios.

Analizar la calidad del aire en aglomeraciones

Para impedir una nueva ola y proteger a los más vulnerables frente a la COVID-19, del Val recomienda instalar medidores de CO2 que señalen “cómo de respirado está el aire por otras personas” en sitios multitudinarios.  “ Cuando respiramos, exhalamos CO2 y aerosoles y, con ellos, el coronavirus y otros agentes infecciosos. Si se puede ventilar adecuadamente con los aparatos de aire acondicionado o abriendo puertas y ventanas, muy bien. Si no, habría que instalar filtros para esas situaciones de riesgo”, apunta la viróloga.

En cuanto a los países como Austria e Irlanda que quitaron la mascarilla antes de tiempo, del Val piensa que “deberían haberse puesto límites”, ya que “el virus actual no es suave” y desde otoño “se ha llevado por delante a 15.000 personas”. Además, la viróloga avisa de otras enfermedades infecciosas que pueden transmitirse por el aire.

“Además de la COVID, hay muchas infecciones que se transmiten por el aire, por los aerosoles, como la tuberculosis, las neumonías, el virus sincitial respiratorio... Igual que ahora disponemos de un agua limpia (no la tenemos que filtrar) y sabemos que la comida de los restaurantes es higiénica, debemos lograr un aire limpio. De eso se tiene que ocupar el estado. Será un modo de evitar pandemias futuras que se transmitan por insectos o por el aire: parándolas cuando aún son epidemias.

Margarita del Val advierte del peligro del fin de las mascarillas en interiores