Pasar un mes sin alcohol mejora el sueño, el ánimo y la salud

Con el año nuevo a la vuelta de la esquina, vuelven los propósitos típicos: dormir mejor, cuidarse un poco más y, en muchos casos, poner a prueba la idea de pasar un mes sin beber. El reto de “un enero sin alcohol” se ha convertido en una opción muy popular, y no solo por “compensar” los excesos de las fiestas.

La propuesta, conocida como 'Enero Seco', suele plantearse como una pausa breve para observar qué cambia en el cuerpo y en la rutina. Para algunas personas, además, sirve como punto de partida para reducir el consumo a más largo plazo.

En este contexto, una revisión de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown y la Facultad de Medicina Warren E. Alpert, ambas en Estados Unidos, ha reunido la evidencia disponible y ha puesto el foco en qué funciona, para quién y con qué resultados.

  1. Enero seco: el reto que gana fuerza cada año
  2. Lo que dice la revisión de Brown sobre los beneficios
  3. Perfiles más habituales y claves para completar el mes
  4. Efectos negativos posibles y cómo podría mejorar la campaña

Enero seco: el reto que gana fuerza cada año

El análisis revisó 16 estudios centrados en el desafío de un mes sin alcohol. Se trata de una iniciativa que nació en Reino Unido para ayudar a recuperarse tras los excesos navideños y que se conoce de forma popular como 'Enero Seco'.

Según los investigadores, la campaña empezó en el Reino Unido en 2013 y ha ido creciendo sin parar. En ese recorrido, pasó de 4.000 personas registradas oficialmente en la web de la campaña en 2003 a millones de participantes en todo el mundo.

Lo que dice la revisión de Brown sobre los beneficios

La revisión, liderada por el Centro de Estudios sobre el Alcohol y las Adicciones (CAAS) y publicada en la revista 'Alcohol and Alcoholism', incluyó a más de 150.000 participantes. El objetivo fue entender quién se suma al reto, qué cambios se observan y qué factores influyen en que se complete.

Uno de los mensajes principales es que un descanso corto puede notarse. Quienes dejaron el alcohol por completo durante un mes describieron mejoras físicas y psicológicas claras: mejor sueño, mejor estado de ánimo, pérdida de peso y también marcadores más favorables, como una función hepática y una presión arterial más saludables.

Además, estos participantes fueron más propensos a indicar que bajaron de peso, que se concentraban mejor y que tenían más energía. Y no solo ocurre con la abstinencia total: incluso quienes redujeron la cantidad de alcohol también reportaron mejoras en varias de estas áreas.

Sobre el impacto en el tiempo, la autora principal, Megan Strowger, lo resume así: "El esfuerzo conduce a una moderación sostenida: la mayoría de los participantes continúan bebiendo menos alcohol en lugar de aumentar el consumo posteriormente".

Strowger añade otra idea clave sobre el sentido práctico del reto: "En general, participar en el Enero Seco permite a las personas hacer una pausa, reflexionar y repensar su relación con el alcohol, incluyendo cómo afecta su vida social, salud mental y salud física".

Perfiles más habituales y claves para completar el mes

Los autores señalan que el contexto social también está cambiando. "Ahora hay mucho más apoyo para llevar un estilo de vida sin alcohol --reconoce Suzanne M. Colby, profesora de ciencias sociales y del comportamiento--. Es más aceptable socialmente que nunca ser 'curioso por la sobriedad' o no beber alcohol. Las normas sociales han cambiado, en parte gracias a la ayuda de influencers en redes sociales que comparten los beneficios de la sobriedad y reducen el estigma de no beber".

En paralelo, el trabajo llega cuando más estudios ponen el foco en los riesgos del consumo de alcohol y cuando más gente bebe menos. Como ejemplo, una encuesta reciente de Gallup mostró que solo el 54 % de los adultos estadounidenses dijo consumir alcohol, el dato más bajo en la historia de Gallup recopilando información sobre este hábito.

En cuanto al perfil de quienes suelen apuntarse al 'Enero Seco', la revisión indica tendencias: participantes más jóvenes, mujeres, con ingresos más altos y con título universitario. También aparece un detalle relevante: tienden a identificarse como bebedores más intensos que la media, un grupo que suele ser difícil de alcanzar mediante programas de intervención.

La revisión también destaca qué ayuda a terminar el mes. Las personas que se registraron de forma oficial y utilizaron recursos de la campaña, como la aplicación Try Dry, correos de entrenamiento diario o mensajes de texto, tuvieron muchas más probabilidades de completar el reto y de mantener después un consumo más bajo.

Matthew K. Meisel, profesor adjunto de Ciencias Sociales y del Comportamiento, subraya el valor de estos resultados en un entorno donde el alcohol está muy presente: "Esto es muy positivo, ya que el consumo de alcohol está muy arraigado en nuestra sociedad". También remarca otra conclusión: incluso quienes no llegaron a la abstinencia total obtuvieron beneficios, incluida una mejor salud mental.

Efectos negativos posibles y cómo podría mejorar la campaña

No todo fue positivo en todos los casos. La revisión detectó un posible efecto secundario: un grupo pequeño de participantes que no logró completar el mes contó que bebió más después, en lo que se describe como un efecto rebote.

Aun así, los autores plantean opciones para reforzar el impacto del desafío. Recomiendan ampliar el alcance, colaborar con perfiles de influencers más diversos y ajustar los mensajes para llegar a un público más amplio.

También se pide más investigación en Estados Unidos tanto sobre el Enero Seco como sobre el Enero Húmedo, una alternativa que propone reducir el consumo en lugar de cortar por completo. Junto a eso, se sugiere invertir más en herramientas que ayuden a marcar objetivos, seguir el progreso y sostener la motivación durante el mes.

En la misma línea de enfocar el reto como algo constructivo, Colby lo expresa así: "Creo que la lección más importante de nuestra reseña del Enero Seco es que tomarse un descanso del alcohol puede replantearse como una experiencia positiva --apunta Colby--. Lo probé yo mismo y experimenté los beneficios de primera mano".