domingo. 28.04.2024

Uno de los principales síntomas es que las personas que padecen este síndrome no quieren ser descubiertas de lo que en realidad están viviendo por dentro. Vanessa Rodríguez Pousada, profesora colaboradora del máster universitario de Psicopedagogía de la UOC (Universitat Oberta Catalunya), lo ha definido como "cuadros depresivos que cursan con la sintomatología típica asociada a dichos trastornos, pero en los cuales el sujeto diagnosticado muestra un afán de ocultamiento"

El objetivo de estas personas es mostrar su mejor cara al resto de personas, para evitar que nadie descubra que están sufriendo. En cuanto a su diagnóstico, resulta mucho más difícil ya que, al no mostrar su verdadera cara, no dejan salir sus verdaderos sentimientos o pensamientos, lo que dificulta el proceso de diagnóstico y tratamiento. 

Lo que ocurre, es que ellos mismos sí son conscientes de que algo está mal en su interior, generándose una frustración mayor al estar en una tensión continua por intentar disimularlo y poner remedio de la manera más rápida posible, ya sea con la máxima actividad constante o la "felicidad" buscada. 

Rodríguez Pousada explica que, las circunstancias que vivimos hoy en día del fomento de la felicidad y el individualismo, ha hecho que se dejen fuera las "situaciones personales" y que aquellas personas que no puedan conseguir esa idealización de la felicidad, tengan que fingirlo para no sentirse avergonzadas. 

Esta "moda de la felicidad" utiliza como primer medio de difusión, como no, las redes sociales. Era algo que ya habíamos empezado a escuchar en muchos debates, sobre la felicidad y la verdadera realidad que se muestra en Internet. Relacionándolo con este síndrome, es una de las principales causas y agravantes, debido a que por redes, se difunden muchos escenarios idílicos que reflejan una vida plena y feliz. Además, teniendo en cuenta otros aspectos como por ejemplo el sexo, los hombres suelen padecer más este síndrome, con respecto a las mujeres ya que existe todavía una "sociedad de signo heteropatriarcal, donde la demostración del mundo emocional y de las propias debilidades se encuentra más estigmatizada en los hombres, los estereotipos masculinos podrían intervenir como un factor de vulnerabilidad en el caso de la depresión sonriente para esta población", argumentaba la profesora.

 

Síndrome de la depresión sonriente: cómo es vivir con una máscara