martes. 19.03.2024

Un informe del Centro Nacional de Microbiología (CNM) en el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha constatado un descenso de la incidencia de la toxoplasmosis en España desde 2010, pero también ha advertido de que esta patología "continúa produciendo abortos y muertes fetales en un número no despreciable y diagnosticándose en bebés".

"A pesar de los datos de descenso mostrados en este estudio en nuestro país, la infección continúa produciendo abortos y muertes fetales en un número no despreciable y diagnosticándose en bebés, generalmente tras la detección durante su periodo fetal", explican los autores en su informe, titulado 'Toxoplasmosis congénita en España, presente y futuro', al que ha tenido acceso Europa Press.

El estudio, coordinado por Isabel de Fuentes Corripio, de la Unidad de Toxoplasmosis y Protozoos Intestinales del CNM, alerta de que estos niños que se infecten "probablemente desarrollen sintomatología grave o tengan secuelas de por vida si no se tratan adecuadamente de modo precoz", aunque "no siempre se diagnostican tras el parto, sino pasados algunos años de vida, salvo que se haya detectado el contagio durante el embarazo".

La toxoplasmosis es una zoonosis infecciosa sistémica ocasionada por el protozoo 'Toxoplasma gondii'. Se trata de una enfermedad de alta prevalencia (aproximadamente un tercio de la población mundial está parasitada) y de distribución universal, aunque con diferencias notables en los distintos continentes.

Esto se debe al mantenimiento del contacto con el reservorio animal doméstico (gatos), "deficiente calidad" en sistemas de potabilización de las aguas, determinados hábitos alimentarios y la circulación del agente infeccioso entre múltiples reservorios domésticos y silvestres (terrestres, marítimos y aves).

En el ser humano, la enfermedad adquiere relevancia fundamentalmente en dos ocasiones. La infección aguda y la reactivación de la forma latente en personas inmunocomprometidas o la primoinfección en mujeres gestantes y consecuente transmisión al feto, dando lugar a la toxoplasmosis congénita (toxoplasmosis congénita), enfermedad con graves secuelas para los afectados.

En los casos congénitos, las mujeres infectadas durante el embarazo generalmente no presentan síntomas, o son leves, pero la consecuencia de la transmisión al hijo "puede ser grave originando abortos, alteraciones neurológicas o lesiones oculares severas".

En Europa, se considera que entre 1 y 10 niños de cada 10.000 nacidos se infectan por este parásito durante la gestación y, en España, los estudios existentes estiman una seroprevalencia de toxoplasmosis en mujeres del 23,6 por ciento, similar a otros países del sur de Europa (Italia y Portugal).

ENFERMEDAD DE DECLARACIÓN OBLIGATORIA PERO "INFRADIAGNOSTICADA"

Desde 2015, en España la toxoplasmosis congénita se cataloga como enfermedad de declaración obligatoria. "Sin embargo, se constata una infranotificación a la red", ha resaltado en el documento la directora del Centro Nacional de Microbiología, Isabel Jado García.

Misma opinión comparte la coordinadora del estudio: "La toxoplasmosis congénita frecuentemente es una enfermedad desatendida y, aunque es de declaración obligatoria en España, se reconoce que está infradiagnosticada, infranotificada y en muchos ámbitos no es bien conocida".

Según Jado García, por tanto, "queda mucho por hacer para comprender el problema en toda su magnitud". "Se precisan mejoras en el diagnóstico, en la caracterización molecular del parásito y en el estudio de su ciclo vital para comprender los mecanismos de transmisión. Sólo así se podrán establecer de forma eficaz actuaciones preventivas y de control en la gestante", ha enumerado.

DESCENSO DE LA TOXOPLASMOSIS EN ESPAÑA DESDE 2010

Para valorar la situación epidemiológica de la toxoplasmosis congénita en España, se recurrió al análisis retrospectivo de datos procedentes de dos fuentes de información para el periodo 2010-2018: el Registro de Atención Sanitaria Especializada (RAE-CMBD) del Ministerio de Sanidad y la información procedente de la notificación a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE).

Los autores precisan que los datos obtenidos son "una aproximación" a la situación, ya que con estos registros "sólo se detectan los casos de toxoplasmosis congénita en niños menores de 1 año hospitalizados y registrados por esta causa, no incluyéndose los niños con toxoplasmosis congénita asintomáticos al nacer".

Durante el periodo de estudio (2010-2018), el CMBD registró un total de 509 hospitalizaciones con diagnóstico toxoplasmosis congénita al alta, observándose una "tendencia descendente" en el número de hospitalizaciones.

De la totalidad de los casos hospitalizados, 274 (56%) fueron hombres y 216 (44%) mujeres. Hubo 87 hospitalizaciones en 2010, de las cuales 48 fueron de hombres y 39 mujeres; mientras que en 2018 se registraron 23 ingresos, correspondientes a 12 hombres y 11 mujeres.

Esto supuso un descenso en el número de casos hospitalizados por toxoplasmosis congénita del 75 por ciento en hombres y del 72 por ciento en mujeres.

Según el estudio, el descenso global de la incidencia en los últimos años "va asociado a medidas de prevención, educación sanitaria, higiene alimentaria y disminución en grupos con inmunodepresión".

El informe destaca que se produjo un descenso puntual en 2012, especialmente en hombres. En los tres años siguientes, se observó un ligero incremento y una abrupta caída en las cifras de los registrados en 2016, tanto para hombres como para mujeres, coincidiendo con un cambio en la forma de registrar los casos.

Por comunidades autónomas, las que han registrado un mayor descenso han sido Cataluña (28 ingresos en 2010 frente a 3 en 2018), lo que supone una reducción del 90,3 por ciento, seguida de Galicia (9 ingresos en 2010 en comparación con 1 en 2018), con un descenso del 88,9 por ciento, y Andalucía (10 en 2010 frente a 2 en 2018), con una disminución del 80 por ciento.

Al final del periodo de estudio, en 2018, la tasa de hospitalización por 10.000 nacidos vivos fue superior en Aragón (0,015), con tan solo 2 casos hospitalarios, Castilla y León (0,012) con 3 ingresos y, la Comunidad de Madrid (0,011), con 7 hospitalizaciones durante ese año.