Problemas de sueño se asocian a recaídas y peor evolución en adicciones

 Archivo - Insomnio
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Los trastornos del sueño desempeñan un papel clave en la evolución de las personas con adicciones y trastornos mentales, ejerciendo una influencia directa sobre el pronóstico y las probabilidades de recaída, según indica el presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), el doctor Carlos Roncero. Esta relación, que afecta tanto a quienes padecen adicciones como a quienes presentan patología dual, revela la necesidad de una mayor atención dentro de los programas de salud mental y tratamiento de adicciones.

Los expertos señalan que las dificultades para mantener un sueño de calidad, en especial el insomnio y las pesadillas, son comunes entre quienes consumen alcohol, cannabis, estimulantes o medicamentos hipnosedantes. Las estimaciones de la SEPD sitúan la prevalencia de estos problemas de sueño entre el 60 y el 70 por ciento de este colectivo, mostrándose fundamentalmente en forma de episodios nocturnos interrumpidos y un descanso inadecuado.

La existencia de una interacción bidireccional entre estos trastornos es uno de los hallazgos destacados por Roncero, quien apunta que la aparición de alteraciones del sueño potencia la gravedad y la frecuencia tanto de las adicciones como de los trastornos mentales asociados. “La relación es bidireccional y la presencia de una situación potencia la posibilidad de que se presente la otra y su gravedad”, señala el especialista, subrayando que los problemas de sueño en pacientes con adicciones o patología dual representan un “predictor” de mal pronóstico y mayor riesgo de recaídas.

  1. Impacto de los trastornos del sueño
  2. Importancia de la formación y abordaje terapéutico
  3. Nuevas opciones farmacológicas

Impacto de los trastornos del sueño

Dificultades como el insomnio o el sueño fragmentado aparecen en la mayoría de las personas con adicción, según los datos de la SEPD. La degradación del ciclo sueño-vigilia no solo afecta a la calidad de vida diaria, sino que también incrementa el riesgo de sufrir recaídas y agrava la evolución de los trastornos mentales. En el caso de pacientes con diagnóstico de patología dual, la asociación entre un mal descanso nocturno y una progresión negativa de la psicopatología resulta aún más marcada.

Además, Roncero resalta que el cuidado del descanso y la adopción de estrategias de higiene del sueño son especialmente decisivos en este grupo. La no conservación de unos hábitos de sueño adecuados se relaciona directamente con el empeoramiento del cuadro clínico y el aumento en la frecuencia de recaídas en el consumo de sustancias.

Importancia de la formación y abordaje terapéutico

El presidente de la SEPD advierte sobre la falta de atención y formación específica respecto a los trastornos del sueño entre los profesionales del ámbito sanitario. A menudo, según indica Roncero, el impacto de estas alteraciones queda minimizado, pese a que representan un marcador de “mala evolución” en el contexto de adicciones y patología dual. El especialista atribuye esta situación, en parte, a la carencia de formación y sensibilidad en el colectivo sanitario.

Para hacer frente a este reto, Roncero subraya la necesidad de que los profesionales de la salud mental y las adicciones reciban una formación adecuada tanto en terapias cognitivo-conductuales orientadas al insomnio, como en el manejo de terapias farmacológicas de nueva generación. El especialista insiste en la importancia de adoptar un enfoque integral en los tratamientos, que contemple las recomendaciones de la evidencia científica y el conocimiento en neurociencia.

Nuevas opciones farmacológicas

Respecto al abordaje farmacológico, el psiquiatra recuerda que los tratamientos tradicionales para el insomnio, como los hipnosedantes de tipo benzodiazepínico, deben administrarse con “precaución” en pacientes con patología dual. El motivo es que, en ciertas circunstancias, su uso puede derivar en la aparición de una nueva adicción, complicando aún más el cuadro clínico.

En respuesta a estos riesgos, Roncero destaca los avances recientes en el desarrollo de medicamentos antagonistas de los receptores de la orexina. Según su testimonio, estos fármacos demuestran una gran eficacia en la regulación del ciclo sueño-vigilia y, al mismo tiempo, no presentan los problemas de mal uso o abuso asociados a otros tratamientos más convencionales. La investigación en este campo avanza hacia opciones terapéuticas más seguras y adaptadas a las necesidades de los pacientes vulnerables, especialmente aquellos con diagnóstico de patología dual.